lunes, 25 de julio de 2011

¿Por qué Stalin?, ¿Por qué es nuestro deber defender su figura?


Ante los constantes ataques a nuestra organización por la defensa de la figura de Stalin, hemos decidido realizar este pequeño texto para esclarecer nuestra posición con respecto a Stalin, ¿por qué estudiamos sus obras?, ¿su historia? y ¿por qué le sacamos a la calle en las movilizaciones y en nuestras camisetas? En otras palabras, ¿por qué seguimos defendiendo y reivindicando su figura?. 

Intentaremos dar respuesta a estas preguntas aclarando desde el principio que este texto no es más que una introducción sobre nuestra posición con respecto a Stalin, ya que estamos trabajando en sacar a la luz pública un dossier completo sobre el tema.

Antes de centrarnos, ya que también lo haremos, en las consignas metafísicas calcadas de viejos argumentos anticomunistas que suelen cacarearnos, queremos centrarnos en los “argumentos de peso” históricos  en los que se basan las críticas burguesas y revisionistas sobre la figura de Stalin.

La primera difamación sobre Stalin surge sobre su papel en la guerra civil rusa, afirmando que tuvo un papel menor o directamente que no tuvo ningún papel, que fue un moñigote de despacho. Esta falsedad viene básicamente de dos fuentes, la de Trotsky y la de los biógrafos burgueses de Stalin.  Frente a estas afirmaciones está la historia real durante la guerra civil, Stalin junto a Trotsky, Sverlov y Lenin, fue miembro del comité restringido para los asuntos urgentes, y fue encargado de los frentes más importantes. Trotsky tuvo un papel mayor en la organización general del ejército rojo, pero Stalin tuvo más relevancia en los frentes decisivos, por lo que los dos recibieron la misma condecoración, la orden de la bandera roja. Stalin pertenecía al Partido Socialdemócrata desde sus orígenes y se unió a los bolcheviques sin dudarlo, sin vacilar, a diferencia de Trotsky que no lo haría hasta julio de 1917. De sobra son conocidas sus detenciones y deportaciones, y éstas se producían no por estar “en una segunda línea” ni a la “sombra” como a algunos les gusta lloriquear. Al estallar la insurrección de Octubre, Stalin desempeñaba los siguientes cargos; director de Pravda, órgano central del Partido; miembro del Comité Central; miembro del Buró Político; y responsable del Centro Revolucionario Militar del Comité Central, integrado por cinco miembros y encargado de dirigir la insurrección. Todo esto demuestra que este argumento es una mentira inventada para intentar desprestigiar a Stalin.

Otra cuestión a tratar sobre las difamaciones de Stalin es el famoso “testamento” de Lenin.

Toda esta obra teatral montada por los Trotskistas comenzó el 23 de Abril de 1922, cuando sobre la propuesta de Lenin, Stalin fue elegido Secretario General del Pcus. Por cierto que ni siquiera Trotsky se opuso a dicho nombramiento. 

Lenin estaba gravemente enfermo desde Mayo de 1922, el 16 de Diciembre de ese mismo año la cosa empeoró, los médicos le apartaron de la vida política, ya que los contratiempos políticos podían producirle un empeoramiento definitivo. El Buró político encargó las relaciones del Partido con Lenin y sus médicos, lo que era una tarea muy ingrata, porque un Lenin enfermo pagaría sus frustraciones con la única persona con la que mantendría relaciones, con Stalin.  El Buró político le prohibió todo trabajo político, pero se servía de su mujer para poder conseguir informes políticos casi a diario.

A finales de Diciembre de 1922 Krupskaia, la mujer de Lenin, escribió una carta dictada por Lenin a Stalin, este cumpliendo con los acuerdos en firme del Buró Político reprendió a Krupskaia por el incumplimiento de los mismos. Ante lo cual esta fue a decírselo a Lenin.

En estas circunstancias, del 23 al 25 de Diciembre fue dictado lo que los anticomunistas denominan el testamento de Lenin, esta carta escrita por un anciano enfermo, respondiendo visceralmente a lo personal fue utilizado y sigue siendo utilizado por trotskistas y anticomunistas varios para denigrar a Stalin, como si él tuviera la culpa de esas circunstancias y de ser el interlocutor.

A partir de este texto los trotskistas empezaron a decir que Trotsky era el verdadero heredero de Lenin, como si el Partido Comunista fuera una corte medieval, como si no hubiera democracia interna para elegir de Secretario General al más valido de entre los camaradas. Lenin no dejó ningún testamento, el propio carácter de las relaciones con el partido y el carácter del propio partido imposibilitan cualquier idea de testamento, fueron cartas que contenían consejos. El texto, además, no deja de ser un texto en el que se desprende que las dos personas más capacitadas del Partido a ojos de Lenin son Stalin y Trotsky, y que las palabras sobre Stalin desmienten las palabras posteriores de Trotsky sobre Lenin pintándolo de oscuro y nada capacitado. 

Estas cartas no fueron escondidas por Stalin como cacarea todo el frente burgués al unísono, se trataron en el XIIIº Congreso del Partido. Además de la primera carta que escribió Lenin hubo una segunda del mismo cariz, que es la más utilizada por los anticomunistas Trotskistas.
Otro aspecto que ha dado mucho que hablar son las colectivizaciones, especialmente la Ucraniana.

Partamos de la base de que la colectivización fue uno de los periodos más complejos en la lucha de clases, con ella se decidió quien fue la fuerza dirigente en el campo, la burguesía o el proletariado, ganando los últimos.

Lo primero a tener en cuenta sobre esta difícil situación es la debilidad del Partido en el campo en esos años, lo que permitió que los Kulaks (campesinos ricos) pudieran acumular fuerzas.

La apuesta por el Koljos y el Sovjos hizo que los kulaks declararan la guerra al estado soviético, tenían el control de trigo, quemaron el trigo antes de entregarlo para su distribución, envenenaron a los animales de tiro con los que se trabajaba en el campo, realizaron actos terroristas y asesinaron a miles de voluntarios del Partido que fueron a trabajar al campo de manera solidaria para estabilizar la situación.

Todo esto causó terribles hambrunas, por las que murió mucha gente, ante esta situación empezaron a surgir movimientos espontáneos contra los Kulaks, movimientos que el partido empezó a organizar, la represión como vemos estaba totalmente legitimada y era necesaria. 

Todos los muertos que hubo por estas atrocidades se le atribuyen a Stalin, cuando son crímenes terribles, pero no de Stalin, sino de la burguesía que tanto le ataca.

Otra de los grandes crímenes  atribuidos por la burguesía y sus perros los trotskistas a Stalin son las depuraciones, o llamándolo por su nombre la lucha contra la burocracia y la contrarrevolución.

Partamos del principio de que el partido avanza depurándose de los elementos antimarxistas y contrarrevolucionarios.

Añadamos a esto el crecimiento del partido desde 1917 cuando contaba con 30.000 miembros a 1932 que contaba con 2.500.000.

Por poner un ejemplo de “gran” purga, en 1921, aún con Lenin el 45% de los miembros del campo fueron expulsados.

La cuestión importante y principal en las depuraciones es el criterio por el que esos sujetos eran expulsados del Partido, criterios que Stalin mantuvo hasta el final de sus días.

Los expulsados eran antiguos kulaks, oficiales blancos y contrarrevolucionarios, gente corrompida, arribistas y burócratas no re-educables. Individuos que no respetaban el centralismo democrático, personas que habían cometido crímenes, abusos sexuales, o simplemente era unos borrachos.

Stalin tuvo un brillante papel en la lucha por el avance del partido y la depuración de los elementos contrarrevolucionarios, lo que hizo no fue un crimen, fue luchar contra la contrarrevolución de forma heroica.

Una de las difamaciones más grandes primero del trotskismo y posteriormente de toda la burguesía es sobre el papel de Stalin en La II Guerra Mundial, especialmente debido al pacto Molotov-Ribentrop, habría que recordarle a los trotskistas los términos marxistas de objetivo táctico y objetivo estratégico, de los medios y del fin. Es cierto que la URRS pacto con la Alemania nazi, para fortalecerse para una posterior e ineludible confrontación, de hecho sin ese pacto el resultado de la guerra hubiera sido bien distinto, permitió fortalecer la URRS, lo que permitió que el 9 de Mayo de 1945 la bandera del comunismo ondeara en lo más alto del edificio símbolo máximo del nazismo en la capital de Alemania, el Reichtag  dando un gran golpe al fascismo, esa bandera que ondeó no fue la de Trotsky o la de EEUU, fue la de la URRS, y esto pudo ser así gracias a la brillante estrategia de Stalin durante la guerra, hablaremos más de esto en el último punto sobre el golpe de estado del XX Congreso.

Y que hizo ese gran reformista de Trotsky en sus últimos años de vida: denunciar a los revolucionarios bolcheviques como los principales enemigos de clase, ser el primero en igualar el Estalinismo (marxismo-leninismo) con el fascismo, derrotismo y promoción de insurgencias en tiempos de guerra (actos de suma traición) y promoción de atentados y sabotajes en la URRS.

Lo que le convierte en uno de los más grandes contrarrevolucionarios de la historia y a sus herederos en perros de la burguesía.

Por último la difamación más grande de todas, fue la que se produjo en el golpe de estado del XX Congreso del PCUS en 1956. Aunque profundizaremos más en el dossier, decir que el resultado de ese congreso fue y es pregonado por la burguesía en todas partes, ¿Por qué?, porque fueron ellos y sus agentes infiltrados en el partido los que lo realizaron.

A efectos prácticos ese congreso después del asesinato de Beria representó una alianza entre burócratas y militares para vengarse de quien les tuvo firmes durante años para acceder a más parcelas de poder, anteriormente en posesión del pueblo soviético. Kruchev era un revisionista, en vida de Stalin un burócrata pelota, a su muerte un oportunista, y una vez en el poder un autoritario que defenestro a sus antiguos aliados, como al revisionista de Zhukov, al cual después de la traición del XX Congreso hizo ministro, pero en cuanto tuvo fuerza lo separó del poder. Zhukov en sus memorias escribió que todo lo que dijo Kruchev sobre el papel de Stalin en la guerra era mentira, lo que demuestra que el XX congreso no fue más que un golpe de estado.

No queremos extendernos aquí sobre el XX Congreso, lo haremos en el dossier, pero si queremos expresar nuestra afirmación de que el XX Congreso no fue más que un golpe de estado por los sectores derechistas y revisionistas que condenarían a la URRS a la reinstauración del capitalismo que viven actualmente. Solo se dijeron mentiras sobre Stalin, la mayoría ya las hemos desmontado en páginas anteriores, eran los mismos viejos argumentos anticomunistas que la burguesía llevaba décadas pregonando.

Recomendamos para lectura sobre este tema la intervención de Enver Hoxha sobre este tema y La cuestión de Stalin de Mao.

Una vez analizados los principales “argumentos” de la burguesía sobre el camarada Stalin  queremos hacer unas pequeñas respuestas ante ataques que reciben tanto nuestra organización como nuestros militantes.

Cuando nos llaman Stalinistas, decirles que el Stalinismo no existe, que se lo han inventado ellos, que Stalin era Marxista-Leninista, pero que si con ese término se refieren a los marxistas-leninistas consecuentes, y que como tales defendemos y reivindicamos la figura de Stalin, si, en ese caso aunque nosotros  no usemos ese nombre, podéis llamarnos Stalinistas.

También si por defender la figura de Enver Hoxha y reivindicarla como propia somos Stalinistas, también podéis llamarnos así.

Si por realizar actos, sacar cuadros de Stalin en las movilizaciones y realizar actos públicos defendiendo su figura somos Stalinistas, nos podéis llamar Stalinistas.

Si por realizar públicamente un trabajo de desenmascarar el trotskismo como desviación pequeño burguesa somos Stalinistas, nos podéis llamarasí.

Esperamos que este pequeño texto sirva para esclarecer de forma pública la posición de Reconstrucción Comunista sobre el camarada Stalin.