lunes, 11 de septiembre de 2017

Sobre el referéndum catalán y el proceso de independencia

[CAST]
Como introducción previa, a priori, debemos detenernos brevemente en hechos históricos, precedentes, que son aquellos que forjaron el carácter de la nación catalana hasta tal y como la conocemos hoy en día. Así, a posteriori, tendremos mayor capacidad de observar los hechos contemporáneos a través del análisis y la experiencia que nos permite la práctica. Nuestro análisis se centrará en la etapa del capitalismo ascensionista en España y de la consolidación de la burguesía nacional, en este caso la catalana, y de la aparición del sepulturero de ésta, la clase obrera.
No podemos permitirnos el analizar el surgimiento de la naciente burguesía comercial que se concentró en el Mediterráneo y que fuera excluida de los beneficios de la colonización; sin hablar de las guerras de Germanía, de Remensas, Segadores, de derrota de los Comuneros en Castilla, de la decadencia de España frente al apogeo capitalista inglés y ni de multitud de movimientos que apuntaban indudablemente hacia el desarrollo burgués democrático, que ya estaba en proceso de maduración en la Europa central y occidental.

En el marco que libró el pueblo en la Guerra Patriótica de la Independencia hasta que obligó a los invasores a retirarse, se produjo el primer intento de llevar a cabo la revolución burguesa en España; las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812 barridos por la reacción aristocrática y la Iglesia, igual que sucediera con el levantamiento de Riego, restauraron el absolutismo. La muerte del Borbón y la derrota del carlismo marcaron el comienzo de la revolución burguesa y de las grandes transformaciones en las viejas relaciones feudales de producción.
Los ocho años de la dictadura de Primo de Rivera forzaron un intenso proceso de acumulación capitalista a favor de la oligarquía mediante mecanismos corporativistas. El esfuerzo final por prolongar el proceso de desintegración de la Restauración, en el marco de la gran crisis mundial capitalista, dio paso al período reformista iniciado en 1931 con la II República.
La cuestión nacional en Cataluña tiene su sustrato en las peculiaridades nacionales del pueblo catalán al configurarse como una comunidad humana estable, históricamente
formada y surgida sobre la base de la comunidad de idioma, de territorio, de vida económica y de psicología, manifestada ésta en la comunidad de cultura. Premisas indispensables para constituirse en nación.
Pero el problema adquiere características agudas cuando nace y se desarrolla en esta una burguesía capitalista suficientemente fuerte para querer rivalizar con la oligarquía centralista, es decir, con la gran burguesía terrateniente y bancaria que se afincara en Castilla principalmente. En Cataluña, la formación de esa burguesía industrial fuerte se efectúa bastante antes que en País Vasco y, por ello, ya desde 1834 la burguesía catalana empieza manifestar ciertas tendencias y aspiraciones opuestas a la opresión centralista de la monarquía unitaria. La burguesía industrial de Cataluña juega un importantísimo papel en las luchas políticas en España ya durante el segundo tercio del siglo XIX. Su total exclusión del poder político de la monarquía borbónica la lleva a repetidos choques con los sucesivos gobiernos de Isabel II (el primero de ellos contra Espartero en 1834, lo que desencadenó una verdadera revolución popular en Barcelona). La burguesía industrial catalana es una de las principales fuerzas motrices en la revolución de septiembre de 1868, que derribó el trono de Isabel II y una de las fuerzas principales que implantaron la I República, el 11 de febrero de 1873. Sin embargo, la burguesía industrial catalana, corno la del resto de España, capitula vergonzosamente ante la restauración monárquica, asustada por el ímpetu combativo y revolucionario del proletariado. A finales del siglo XIX se desgaja del seno de la burguesía una capa superior, monopolista y financiera, que constituye la oligarquía catalana, ya entonces parcialmente vinculada y entrelazada con la vieja nobleza (tanto catalana como no catalana) y vinculada a la monarquía borbónica mediante el ennoblecimiento por ésta de muchas de las familias que la componen. Esa oligarquía catalana financiero-industrial es la que va a crear la Lliga capitaneada por Francesc Cambó, y a través de ésta va a dirigir durante los primeros decenios del XX el nacionalismo burgués de Cataluña, para de un lado, tratar de presionar a la oligarquía castellana a compartir con ella el poder político; y, de otro lado, para desviar a la clase obrera y demás capas trabajadoras de Cataluña de la lucha revolucionaria contra esa misma oligarquía e intoxicarlas con el cloroformo nacionalista, logrando así la conciliación de clases.
El advenimiento de la II República, en su primer periodo liberal burgués, supuso el paso del poder estatal a una coalición de fuerzas (la conjunción republicano-socialista) en la
que participaban sectores de la propia oligarquía junto con los representantes de la pequeña y media burguesía.
El 14 de abril de 1931 Francesc Macià proclamaba la república desde el balcón de la Generalitat Catalana cantando el himno de su propia clase, la Marsellesa. Lluís Companys hacía lo mismo desde el balcón del ayuntamiento de Barcelona izando, para el descrédito de muchos nacionalistas catalanes que lo agitan como un icono, la bandera tricolor española. El estatuto catalán fue aprobado en un referéndum popular del que pudieron participar los varones mayores de 25 años, 75% de participación del electorado y una mayoría aplastante de votos favorables al establecimiento de la República catalana dentro de una Federación de Repúblicas Ibéricas.
La segunda proclamación de la República Catalana se desencadenó a partir de la entrada de los fascistas de la CEDA en el gobierno central de la República, a lo que las fuerzas revolucionarias en España por aquel entonces llamaron a la huelga general revolucionaria.
El papel de las fuerzas nacionalistas en Cataluña en ese momento determinante fue claro y conciso, y jugaron un papel elementalmente progresista en la acumulación de fuerzas contra el advenimiento del levantamiento fascista que se advertía inminente en España y ante el cual hacía tiempo que el partido más consecuentemente revolucionario, el Partido Comunista de España, venía advirtiendo, acumulando fuerzas en su contra y luchando contra este en las calles. Lluís Companys, presidente de la Generalitat, actuó de una manera consecuente. Consecuentemente progresista por el hecho en sí. Proclamó el Estado Catalán dentro de la República Federal Española y llamó a fortalecer la lucha contra el fascismo. Más de 30.000 personas fueron detenidas, muchas asesinadas. El gobierno de la Generalitat detenido en su totalidad.
No podemos detenernos en este apartado a hacer un amplio análisis de la situación, pero debemos señalar que la proclamación de la República Catalana en abril del 34 fue en aquella ocasión un acto que favorecía las posiciones de la clase obrera. Un nacionalismo catalán, que luchaba por unos intereses particulares. Una República dentro de un ordenamiento burgués, evidentemente reaccionaria, que apostaba por mantener el orden vigente capitalista y de explotación del hombre por el hombre, primando únicamente las aspiraciones de la clase más pudiente catalana y ver satisfechos sus egos idealistas identitarios. Pero fue un avance, un avance contra el fascismo y que pudo llegar a suponer un marco más amplio para la organización de la clase trabajadora catalana, para acumular fuerzas de manera cuantitativa y poder llegar a dar ese salto violento, cualitativo, que diese el paso definitivo hacia la revolución social.
Pero una vez más, a la vista de la protección de sus negocios y sus posesiones, la burguesía arriesgó lo justo y necesario. Companys se negó a darle armas al pueblo y quiso pactar con los generales fascistas, mientras que los anarquistas se mantuvieron al margen de cualquier acto revolucionario.
A diferencia, en las antípodas, de lo que supone hoy el proceso soberanista en Cataluña, lejos de cualquier estadio de confrontación contra fuerzas de la reacción, ya que ésta misma, la reacción, es quien lidera el propio proceso.
Los Estatutos catalán y vasco, pese a sus innegables lados positivos, concedía a las regiones un margen de autonomía excesivamente reducido en lo tocante a enseñanza, orden público interior, ordenación laboral y social y derecho penal. El principal defecto de la solución dada por la II República al problema de las nacionalidades era, sin embargo, que no establecía un marco federativo al reconocimiento de su autonomía. La lucha por una República Federal y Popular es el paso más consecuentemente revolucionario, para garantizar dos aspectos. Garantizar los derechos de las naciones en España a su autodeterminación, su consolidación en la acumulación de fuerzas hacia un estado socialista, y éste mismo como garante de la plena libertad nacional que de paso a la libre alianza de naciones y pueblos en España.
La dictadura fascista en España, supuso una terrible situación de represión lingüística, cultural, a su particular psique como pueblo y al conjunto del pueblo trabajador en particular.
Dictadura, que no finalizaría con la muerte del dictador y que en un evidente proceso de adaptación al modelo europeo y a las exigencias de cambio del régimen terrorista de la burguesía por su forma de democracia burguesa, daría sus últimos coletazos hasta finales de los años 70.
En 1979, con el beneplácito de los partidos que se adhirieron a la nueva etapa parlamentarista burguesa España, aceptaron el proceso de reconciliación a nivel del
Estado y de progresiva integración en las estructuras políticas y económicas del imperialismo europeo, se redactó un Estatuto de Autonomía para Cataluña.
Disposiciones sobre fondos, inversiones, presupuestos, competencias, hacienda, el papel de la Generalitat en asuntos de política exterior, sobre el poder judicial, etc. son el eje central de las casi 200 páginas del documento. Donde los apartados destinados a cuestiones elementales como trabajo, vivienda y derechos básicos se reducen a disposiciones generales, ambiguas y a subterfugios para esconder y maquillar el problema principal, que no es otro que el capitalismo.
El recorrido de la burguesía nacionalista catalana en todo este periodo lo marca su estacionamiento en la dirección de las instituciones regionales, que dependen del Estado central español. La gestión de Cataluña, de sus recursos, de su industria, de su aparato financiero y principalmente de la mano de obra, de la explotación de la clase obrera catalana, que les aporta intestinos beneficios.
Convergencia i Unió retoma el poder de la principal institución catalana en 2010, en el seno de la crisis cíclica del capitalismo que se iniciara en 2008, e inicia un mandato marcado por la no correspondencia de las relaciones de producción y el estado de las fuerzas productivas. Se ataca a las ayudas sociales, a la cultura, a la educación, a la sanidad, se mete mano en las pensiones y en los servicios públicos. Mientras los empresarios abaratan costes, abocan a los obreros a la cola del paro y reciben el apoyo del poder político.
Para eludir la atención de estas cuestiones primordiales, ante las cuales la clase trabajadora debe mostrar su fortaleza y organizarse, el nacionalismo catalán ponía encima de la mesa el somnífero del sentimiento patriótico, de la vilipendiada nación catalana, para apartar a la clase trabajadora de sus tareas inmediatas, para amenazar por enésima vez al Estado español con el fantasma del separatismo, y obligar a la oligarquía española a jugar sus cartas en la lucha por el mercado y el poder político.
Tras un recorrido que se iniciara en 2009 con la primera consulta soberanista en Arenys de Munt, acuerdos transicionales, aprobaciones para referéndums, declaraciones soberanistas, consulta de 2014, declaración de inicio del proceso independentista y llamada al referéndum de independencia del 1 de octubre de 2017, nos vemos a día de hoy en lo que se conoce popularmente como un “tira i arronsa”. Una pugna entre las dos de las principales burguesías del país, entre la catalana y la española.
No queremos realizar este trabajo como si fuera algo contra la independencia política en general, no somos anti-independentistas, somos comunistas y apostamos por el derecho a la autodeterminación de los pueblos, hasta sus últimas consecuencias, hasta la independencia política, pero sólo si representa un avance para la clase obrera. Si el proceso de independencia no está hegemonizado por la clase obrera y va en contra de sus intereses debe de ser desechado.
Desde luego en la cuestión catalana está más que claro que es la burguesía catalana abanderada por Junts pel sí, la marca electoral compuesta por el Partido Demócrata Europeo Catalán, partido heredero de CiU de los Pujol y por ERC, quienes dominan el proceso, apoyados por la CUP (que de populares sólo tienen el nombre). Lo único que quieren es una república catalana independiente que defienda mejor sus intereses económicos, lo demás les da igual, pueden intentar ponerse una cara amable, pero les recordamos que son los mismos que mantuvieron el primer gobierno de Aznar, sólo les mueven sus intereses económicos, si alguien se piensa que con la independencia dirigida por estos sujetos se va a transformar la realidad están muy equivocados, se va a mantener la misma dominación de clase que existe actualmente, con una posición para la clase obrera aún más perjudicial.
En estos momentos de agudización de la lucha de clases, en estos momentos en que hablan de una recuperación paulatina de la crisis, cuando nuestros derechos han sido pisoteados y han dejado en una situación aún más precaria si cabe al conjunto de todo la clase trabajadora del Estado, lo que necesita la clase obrera catalana no es ponerse a luchar por la independencia…A la clase obrera catalana le da igual la independencia, lo que necesitan es luchar por sus derechos cada vez más recortados, no necesitan la independencia, necesitan organizarse y trabajar por conseguir su emancipación, el fin del capitalismo, la conquista del socialismo, y esto es imposible sin la existencia de un Partido Comunista con fuerza que pueda quitarle la hegemonía a estos sujetos.
No queremos hacer de este trabajo un refrito de citas, al contrario queremos que sea sencillo de leer por cualquiera, aun así nos gustaría compartir algunos extractos de Joan Comorera, quien fuera líder del PSUC, un honorable marxista-leninista, incansable luchador por la autodeterminación del pueblo catalán y por la República Federal y Popular en España, vendido a la policía fascista por la dirección claudicadora y revisionista del PCE de Carrillo y la Pasionaria y que es agitado como un icono para
algunos independentistas catalanes, que desconocen su figura y falsifican su obra y su legado al Movimiento Comunista de España.
Comorera al respecto de la cuestión nacional en Cataluña:
«La separación por la separación es una idea reaccionaria, ya que en nuestro caso concreto, Cataluña, constituyéndose en un Estado independiente, saldría de una órbita de explotación nacional para caer dentro de otra igual o peor. (…) La separación por la separación no resuelve el problema nacional, porqué la continuidad del imperialismo comporta la opresión nacional, progresiva, incluso de aquellas naciones que un día fueron independientes y soberanas». (Joan Comorera; Carta abierta a Reyes Bertal, 1948)
Aquellos que se declaran ideológicamente como independentistas con respecto a la cuestión catalana actual no son más que defensores de los intereses de la burguesía catalana que abandera el proyecto. Qué más da que se salgan del estado español si lo que quieren es seguir dependiendo de la Unión Europea, de Estados Unidos o de Israel. ¿Quién en su sano juicio puede pensar que ser independientes en la Unión Europea debilita el imperialismo? Nosotros creemos firmemente lo contrario.
Si el proceso independentista estuviera liderado por la clase obrera, si supusiera un avance para la clase obrera, lo defenderíamos con todas nuestras fuerzas, seriamos los más firmes defensores de la independencia de Cataluña, pero como resulta que es todo lo contrario nos oponemos al actual proceso de independencia.
Nuestra clase es internacional, nuestro enemigo no es un pueblo u otro, nuestro enemigo es el capitalismo, que ha de ser derrocado, conquistando el socialismo. Todos los pueblos de España han de luchar codo con codo por la emancipación de nuestra clase.
“Nuestra libertad será fruto de la lucha revolucionaria del pueblo catalán, de los pueblos hispánicos, contra el enemigo común (…) Nuestra lucha llevada en íntima solidaridad con los pueblos y la clase obrera internacional” (Joan Comorera: Socialismo i cuestión nacional)
El respeto y defensa del derecho a la autodeterminación no es que signifique que hay que apoyar cualquier movimiento de independencia aunque sea una farsa, al contrario, exige que se denuncie y desenmascare, que se combata a aquellos que defienden estos
procesos, que se luche contra las farsas y se apoye llevar la autodeterminación hasta sus últimas consecuencias.
“En el momento presente el problema que se nos plantea no es el de separar o no Cataluña de España, si no el de crear las condiciones que aseguren a Cataluña de manera indudable el ejercicio pleno y libre del derecho a la autodeterminación i el respeto absoluto a la expresión de su voluntad soberana” (Joan Comorera: Socialismo i cuestión nacional)
Por esto estamos en contra de la farsa del 1 de Octubre, no es vinculante, tiene garantías nulas, no tienen capacidad de hacerlo vinculante mediante la fuerza y lo único que hace es marear a la clase obrera, engañar a la gente centrando la movilización en un asunto sin importancia porque no tiene posibilidad ninguna de éxito, desde el principio es una gran mentira que desvía la movilización, la actividad política de los verdaderos problemas, de la necesidad de continuar con la lucha de clases por nuestra emancipación, del derrocamiento de la monarquía de la necesidad de instaurar una república popular y federal que de verdad respete el derecho a la autodeterminación y que sea garante de la voluntad soberana de Cataluña.
A parte por supuesto de que no tienen la mayoría aplastante de la que alardean constantemente. Veremos en los índices de participación electoral de sus referéndums si tan mayoritarios son, se llevarían una sorpresa como ya se la llevaron en el anterior referéndum en el que la participación fue muy baja.
Recalcamos que este no es un texto contra la independencia, es un texto contra este proceso, pero lo que queremos no es ser anti algo, queremos hacer nuestra propia propuesta de solución, la república federal y popular que respete realmente el derecho a la autodeterminación, la voluntad popular, que tenga un carácter realmente progresista y que esté encaminada a acabar con el problema principal que es el capitalismo, con la instauración de la única alternativa posible, el socialismo.
Por esto animamos a realizar en Cataluña actividades por la república popular y federal, a participar en las actividades del Frente republicano cuyo programa resumido es este:
1. Derrocamiento de la monarquía. Salida de la Unión Europea, la OTAN y expul-sión de todos los agentes imperialistas del país, comenzando con las bases de la OTAN, incluyendo Gibraltar, mediante la lucha revolucionaria.
2. Establecimiento de una república federal, popular y encaminada al socialismo. Una república que defienda los derechos de la clase obrera y respete el derecho a la autodeterminación.
3. Industrialización del país. Somos un país terciarizado, dependemos del turismo y la industria se ha desmontado debido a las exigencias de la Unión Europea. No podemos ser un país soberano si no tenemos capacidad de producir y subsistir, pues estaremos condenados a ser dependientes. A su vez, se nacionalizarán los bienes de los monopolistas y se confiscarán los bienes de los oligarcas.
4. Se realizará una reforma agraria, expropiando a los terratenientes. Actualmente debido a los chantajes, integrados habitualmente en subvenciones de la Unión Europea, obligan a dejar campos sin cultivar mientras los campesinos no tienen ni para comer. La reforma será una de las prioridades de la nueva república, fo-mentando a su vez la creación de cooperativas estatales agrarias.
5. Se acabará con los restos del imperialismo español, se solucionará la cuestión de Canarias, Ceuta y Melilla. A su vez se dejará de intentar establecer relaciones de dependencia con ningún país. Se tomará como prioridad la búsqueda de una so-lución para la cuestión del Sáhara.
6. Se decretará una amnistía política para todos los presos políticos. Se abolirán to-das las leyes que van en contra del progreso y la transformación de la sociedad. Se depurará la policía y el ejército, constituyendo así un nuevo ejército del pue-blo y al servicio de este.
Esto es un programa progresista, de transformación de la sociedad, da una respuesta a los problemas candentes en España, la independncia no es progreso porque sí, JxSí es la continuación del problema, es más capitalismo, no suponen ningún cambio a mejor para la clase obrera.
“La experiencia histórica nos demuestra que una República dirigida por la burguesía no resuelve los problemas nacionales (…) La experiencia de nuestra guerra nos demuestra que la burguesía catalana se pasa en masa al enemigo antes que admitir una Cataluña libre nacionalmente y social. Por lo tanto, compañeros, el camino a seguir para Cataluña es indudable. Únicamente la República Popular de España dirigida por la clase obrera, garantiza a Cataluña el respeto estricto y absoluto a la expresión de su soberanía. Y esta República Popular dirigida por la clase obrera solo la podrá conseguir Cataluña luchando en fraternal unión con los otros pueblos hispánicos”.
Sólo la unidad de todos los pueblos hispánicos puede darnos la fortaleza de poder enfrentarnos a toda la reacción internacional a la que tendremos que enfrentarnos, el problema catalán es muy antiguo, pero ya Comorera afirmaba que sólo una república fuerte, popular y federal puede darnos la posibilidad de salir victoriosos.
Nuestra apuesta es la de la república popular y federal encaminada al socialismo y lucharemos por ella contra todos los intentos de resistencia a ella vengan de los fascistas o de independentistas burgueses.
Ahora vamos a analizar para terminar los principales argumentos de la “izquierda” independentista porque creemos que es necesario desenmascararles para que sus bases se den cuenta de que están siendo engañados, que donde ellos ven transformación sólo hay embustes y apoyo a la burguesía catalana. Iremos desmenuzándolos uno a uno.
1. “El nuevo comienzo”.
Muchos catalanes supuestamente de izquierdas e incluso supuestamente comu-nistas defienden el proceso actual dirigido por la burguesía catalana como la oportunidad de empezar de 0, de poder hacer tabla rasa y empezar a construir una nueva sociedad desde los cimientos.
Apostar por esto es caer en el idealismo más infantil. Quien en su sano juicio puede pensar que la burguesía catalana con firmes lazos financieros, por ejemplo con Israel, va a permitir que empiecen de 0 nada. Si consiguieran la independen-cia intentarían permanecer en la Unión Europea o crearían vínculos de depen-dencia con otras potencias imperialistas. Lo único que conseguirían es más capi-talismo, no habría ningún avance mucho menos van a poder empezar de 0 nada.
2. “La independencia es inevitable porque es un sentimiento, además es algo que se siente en la sangre”.
En primer lugar lo material prima sobre los sentimientos que a su vez emanan de lo material, pretender que los sentimientos sean lo determinante es un absurdo, lo siguiente va a ser afirmar que la independencia es inevitable porque Dios quiere que sea así sea.
Nosotros no creemos en la determinación, creemos en la ciencia y en el progreso, y esto es imposible sin tener en cuenta las condiciones materiales, los sentimientos no pueden transformar la realidad material, que la fe mueve montañas es una consigna religiosa que nada tiene que ver con el marxismo o la revolución.
Lo de que la independencia se siente en la sangre, la importancia de la sangre catalana es ya el absurdo del absurdo, la pertenencia a la nación no lo da lo racial, lo da que se cumplan una serie de características, que son:
“Nación es una comunidad humana estable, históricamente formada y surgida sobre la base de la comunidad de idioma, de territorio, de vida económica y de psicología, manifestada ésta en la comunidad de cultura.”
Vincular aquí sentimientos y cuestiones raciales es de todo menos marxista, de hecho se parece más a los posicionamientos de los fascistas que a nada que pue-da parecer progresista.
3. “Primero la independencia, después el socialismo”. “La independencia debilita el imperialismo español”.
Vaya, primero la independencia aunque la dirija la burguesía catalana y sea un retroceso para la clase obrera, después ya veremos, o después será más fácil.
No sabemos que es peor; si la gente que de verdad le da igual que sea un retro-ceso para la clase obrera con tal de conseguir la independencia, o aquellos em-baucadores que encima pretenden hacerla pasar como un gran avance para la lu-cha de clases, como si salirse de España y meterse en la Unión Europea, que es lo que pretenden, fuera un avance para alguien. España es un país que pertenece al bloque imperialista europeo, que los países sean más débiles favorece a los in-tereses imperialistas europeos por lo que les será más fácil que se impongan y más difícil resistirse por parte de países debilitados.
No hay debilitamiento pues del imperialismo, lo que hay es un refuerzo de este en todo caso.
4. “La gente pide participación, hoy es el referéndum, mañana serán cuestiones económicas y sociales”.
Qué bien, la historia ha demostrado que la burguesía cede sus posiciones privi-legiadas y actúa en contra de sus intereses sólo con pedírselo, sólo con pedirlo la transformación de las cosas está garantizada. Pensamos que precisamente la his-toria de la lucha de clases demuestra justo todo lo contrario, que sólo mediante la violencia se puede conseguir el cambio, la transformación social.
Que Tardà amenace en el congreso con que la UE no va a permitir esto o lo otro sólo les desenmascara a nuestros ojos, son los mismos perros con distinto collar, no buscan la transformación, buscan la perpetuación del capitalismo, de la ex-plotación, aunque pueda parecer que tienen un rostro más amable, no quieren la transformación de la sociedad, sólo quieren llenarse la bolsa, como bien ha de-mostrado el clan mafioso de lo Pujol.
5. “El proceso lo dirige gente como tú y como yo, no Junts pel sí”
Es como decir que las revoluciones naranjas, por ejemplo la de Ucrania, no las dirigía el imperialismo americano y europeo, que era la gente buscando democracia, gente de base, como tú y como yo.
Es surreal, sino hay un Partido Comunista que pueda quitarles la hegemonía no hay transformación posible, el movimiento independentista actual está dirigido por quien lo financia y lo organiza, la burguesía catalana que sólo lo hace por defender sus intereses económicos, todo lo demás es cuento, una auténtica farsa.
Estas personas están yendo a la zaga de la burguesía, están cayendo en el espontaneismo y el seguidismo impidiendo o dificultando que los obreros puedan organizarse contra esta patochada de referéndum.
6. “El día 1 de Octubre los Catalanes ganaremos con nuestra sangre la independencia”.
Idealismo de la peor ralea, sin preparación, sin organización, sin ningún tipo de experiencia cualquier intento de resistir por la fuerza va a ser abortado con suma facilidad, están fanfarroneando de algo que saben que son incapaces de realizar. Implantable fuera de las redes sociales, donde suelen realizar este tipo de argumentaciones.
7. “Es una ocasión para enterrar la constitución del 78”
Es una ocasión para enterrar la constitución del 78 en un territorio, pero que siga igual o peor en el resto, además teniendo en cuenta que el carácter de la hipotética nueva constitución catalana va a ser similar, es decir, homologable a la de cualquier democracia europea.
Por lo tanto seguimos sin ver el avance por ningún sitio, la única forma de de-rribar la constitución del 78 es con el fin de la monarquía y la implantación de una república federal y popular, que se salga de la Unión Europea y que nos convierta en un país soberano e independiente, encaminado al socialismo.
8. “Es ahora o nunca, es lo más parecido a una revolución que vamos a ver”.
Desde luego tenemos una visión muy distinta de lo que es una revolución, si favorecer el capitalismo y que salga gente a la calle es una revolución nos los veríamos celebrando la subida de Hitler al poder cantando y haciendo bailes, como el que hicieron por la independencia.
No se puede caer en el inmediatismo, en el aventurerismo, quemando las opcio-nes de poder realizar gestas realmente heroicas y productivas para la clase obre-ra, como es la toma del poder político. No pensar en la táctica y la estrategia y hacerlo solo siguiendo al movimiento del momento es caer en el error y el anti-comunismo.
9. “España es un país atrasado, un país reaccionario por naturaleza”.
Les recordamos a estos señores que efectivamente vivimos en una España capi-talista y reaccionaria, sin duda, en eso tienen toda la razón, pero en afirmar que España es un país reaccionario por naturaleza no, nosotros no defendemos la Es-paña de Rajoy, defendemos la España de José Díaz, del Frente Popular, de la guerra civil, de la resistencia antifascista, del FRAP, de Elena Ódena, la España de la república federal y popular, una España de revolución y progreso.
Secretaría ideológica del PML (RC)

[CAT] Sobre el referèndum català i el procés d’independència.
Com a introducció prèvia, a priori, hauríem d’aturar-nos breument en fets històrics, precedents, que són aquells que varen forjar el caràcter de la nació catalana fins com la coneixem avui dia. Així doncs, a posteriori, tindríem major capacitat d’observar els fets contemporanis a través de l’anàlisi i l’experiència que ens permet la pràctica. La nostra anàlisi se centrarà en l’etapa del capitalisme ascensorista a Espanya i de la consolidació de la burgesia nacional, en aquest cas la catalana, i de l’aparició de la seva fi, la classe obrera.
No podem permetre’ns analitzar el sorgiment de la naixent burgesia comercial que es concentrà al Mediterrani i que fora exclosa dels beneficis de la colonització, sense parlar de les pugnes de Germania, de Remences, Segadors, derrota dels Comuners a Castella, la decadència d’Espanya front l’apogeu capitalista anglès i de multitud de moviments que apuntaven indubtablement cap al desenvolupament burgès democràtic que ja es trobava en procés de maduració a l’Europa central i occidental.
En el marc que va lliurar el poble en la Guerra patriòtica de la independència fins que obligà als invasors a retirar-se, és produí el primer intent d’iniciar la revolució burgesa a Espanya; les Corts de Cadis i la Constitució de 1812 escombrats per la reacció aristocràtica i l’església, com si succeís amb l’aixecament de Riego, varen restaurar l’absolutisme. La mort del Borbó i la derrota del carlisme marcà l’inici de la revolució burgesa i de les grans transformacions en les velles relacions feudals de producció.
Els vuit anys de la dictadura de Primo de Rivera van forçar un intens procés d’acumulació capitalista a favor de l’oligarquia mitjançant mecanismes corporativistes. L’esforç final per prolongar el procés de desintegració de la Restauració en el marc de la gran crisi mundial capitalista, va donar lloc al període reformista iniciat en 1931 amb la II República.
La qüestió nacional a Catalunya té el seu substrat en les peculiaritats nacionals del poble català a l’hora de configurar-se com una comunitat humana estable, històricament formada i sorgida sobre la base de la comunitat d’idioma, de territori, de vida econòmica i de psicologia, manifestada aquesta en la comunitat de cultura. Premisses indispensables per constituir-se en nació.
Però el problema adquireix característiques agudes quan neix i es desenvolupa en una burgesia capitalista suficientment forta per voler rivalitzar amb l’oligarquia centralista, és a dir, amb la gran burgesia terratinent i bancaria que s’establirà a Castella principalment. A Catalunya, la formació d’aquesta forta burgesia industrial, s’efectua abans que al País Basc i, per aquest motiu, ja des de 1834 la burgesia catalana comença a manifestar certes tendències i aspiracions contràries a l’opressió centralista de la monarquia unitària. La burgesia industrial de Catalunya juga un importantíssim paper dins les lluites polítiques d’Espanya ja durant el segon terç del segle XIX. La seva total exclusió del poder polític de la monarquia borbònica la porta a repetits xocs amb els següents governs d’Isabel II (el primer d’ells contra Espartero en 1834, que va desencadenar una vertadera revolució popular a Barcelona). La burgesia industrial catalana és una de les principals forces motrius en la revolució de setembre de 1868, que va acabar amb el tron d’Isabel II i una de les principals forces que van implantar la I República, l’11 de febrer de 1873. De totes maneres, la burgesia industrial catalana, com la de la resta d’Espanya, capitula vergonyosament davant la restauració monàrquica, espantada per l’ímpetu combatiu i revolucionari del proletariat. A finals del segle XIX s’esbranca, del centre de la burgesia una capa superior, monopolista financera, que constitueix l’oligarquia catalana, llavors ja parcialment vinculada amb la vella noblesa (tant catalana com no catalana) i a la monarquia borbònica mitjançant l’ennobliment per aquesta de moltes de les famílies que la componen.
Aquesta oligarquia catalana financera-industrial és la que va crear la Lliga capitanejada per Francesc Cambó, i a través d’aquesta va dirigir durant els primers decennis del XX el nacionalisme burgès de Catalunya, per, d’una banda, tractar de pressionar a l’oligarquia castellana a compartir amb ella el poder polític; i d’altra banda, per desviar a la classe obrera i altres capes treballadores de Catalunya de la lluita revolucionaria contra aquella mateixa oligarquia, i intoxicar amb el cloroform nacionalista, assolint així la conciliació de classes.
L’adveniment de la II República, en el seu primer període liberal burgès, va suposar el pas del poder estatal a una coalició de forces (la conjunció republicana-socialista) en la qual participaven sectors de la mateixa oligarquia juntament amb els representants de la petita i mitjana burgesia.
El 14 d’abril de 1931 Francesc Macià proclamava la república des de la balconada de la Generalitat de Catalunya cantant l’himne de la seva pròpia classe, la Marsellesa. Lluís Companys va fer el mateix des de la balconada de l’ajuntament de Barcelona hissant, per al descrèdit de molts nacionalistes catalans que ho agiten com una icona, la bandera tricolor espanyola. L’estatut català va ser aprovat en un referèndum popular del qual van poder participar els homes majors de 25 anys, 75% de participació de l’electorat i una majoria aclaparadora de vots favorables a l’establiment de la República catalana dins d’una Federació de Repúbliques Ibèriques.
La segona proclamació de la República Catalana es va desencadenar a partir de l’entrada dels feixistes de la CEDA al govern central de la República, al que les forces revolucionàries d’Espanya aleshores van cridar a la vaga general revolucionària.
El paper de les forces nacionalistes a Catalunya en aquest moment determinant va ser clar i concís, i van jugar un paper elementalment progressista en l’acumulació de forces contra l’adveniment de l’aixecament feixista que s’advertia imminent a Espanya i davant el qual feia temps que el partit més conseqüentment revolucionari, el Partit Comunista d’Espanya, venia advertint, acumulant forces en contra seva i lluitant contra aquest als carrers. Lluís Companys, president de la Generalitat, va actuar d’una manera conseqüent. Conseqüentment progressista pel fet en si. Va proclamar l’Estat Català dins de la República Federal Espanyola i va cridar a enfortir la lluita contra el feixisme. Més de 30.000 persones van ser detingudes, moltes assassinades. El govern de la Generalitat va ser detingut íntegrament.
No podem detenir-nos en aquest apartat a fer una àmplia anàlisi de la situació, però hem d’assenyalar que la proclamació de la República Catalana a l’abril del 34 va ser en aquella ocasió un acte que afavoria les posicions de la classe obrera. Un nacionalisme català, que lluitava per uns interessos particulars. Una República dins d’un ordenament burgès, evidentment reaccionària, que apostava per mantenir l’ordre vigent capitalista i d’explotació de l’home per l’home, prevalent únicament les aspiracions de la classe més benestant catalana i veure satisfets els seus egos idealistes identitaris. Però va haver-hi un avanç, un avanç contra el feixisme i que va poder arribar a suposar un marc més ampli per a l’organització de la classe treballadora catalana, per acumular forces de manera quantitativa i poder arribar a fer aquest salt violent, qualitatiu, que fes el pas definitiu cap a la revolució social.
Però una vegada més, a la vista de la protecció dels seus negocis i les seves possessions, la burgesia va arriscar el just i necessari. Companys es va negar a donar-li armes al poble i va voler pactar amb els generals feixistes i els anarquistes es van mantenir al marge de qualsevol acte revolucionari.
A diferència, en les antípodes, del que suposa avui el procés sobiranista a Catalunya, lluny de qualsevol estadi de confrontació contra forces de la reacció, ja que aquesta mateixa, la reacció, és qui lidera el mateix procés.
Els Estatuts català i basc, malgrat els seus innegables costats positius, concedia a les regions un marge d’autonomia excessivament reduït tocant a ensenyament, ordre públic interior, ordenació laboral i social i dret penal. El principal defecte de la solució donada per la II República al problema de les nacionalitats era, no obstant això, que no establia un marc federatiu al reconeixement de la seva autonomia. La lluita per una República Federal i Popular és el pas més conseqüentment revolucionari, per garantir dos aspectes. Garantir els drets de les nacions a Espanya a la seva autodeterminació, la seva consolidació en l’acumulació de forces cap a un estat socialista, i aquest mateix com a garant de la plena llibertat nacional que de pas a la lliure aliança de nacions i pobles a Espanya.
La dictadura feixista a Espanya, va suposar una terrible situació de repressió lingüística, cultural, al seu particular psique com a poble i al conjunt del poble treballador en particular.
Dictadura, que no finalitzaria amb la mort del dictador i que en un evident procés d’adaptació al model europeu i a les exigències de canvi del règim terrorista de la burgesia per la seva forma de democràcia burgesa, donaria els seus últims espertenecs fins a finals dels anys 70.
En 1979, amb el beneplàcit dels partits que es van adherir a la nova etapa parlamentarista-burgesa d’Espanya, van acceptar el procés de reconciliació a escala de l’Estat i de progressiva integració en les estructures polítiques i econòmiques de l’imperialisme europeu, es va redactar un Estatut d’Autonomia per a Catalunya.
Disposicions sobre fons, inversions, pressupostos, competències, hisenda, el paper de la Generalitat en assumptes de política exterior, sobre el poder judicial, etc. són l’eix central de les gairebé 200 pàgines del document. On els apartats destinats a qüestions elementals com a treball, habitatge i drets bàsics es redueixen a disposicions generals, ambigües i a subterfugis per amagar i maquillar el problema principal, que no és un altre que el capitalisme.
El recorregut de la burgesia nacionalista català en tot aquest període ho marca el seu estacionament en l’adreça de les institucions regionals que depenen de l’Estat central espanyol. La gestió de Catalunya, dels seus recursos, de la seva indústria, del seu aparell financer i principalment de la mà d’obra, de l’explotació de la classe obrera catalana, que els aporta intestins beneficis.
Convergència i Unió reprèn el poder de la principal institució catalana en 2010, al bell mig de la crisi cíclica del capitalisme que s’inicià en 2008, i inicia un mandat marcat per la no correspondència de les relacions de producció i l’estat de les forces productives. S’ataca a les ajudes socials, a la cultura, a l’educació, a la sanitat, es fica mà en les pensions i en els serveis públics. Mentre els empresaris abarateixen costos, aboquen als obrers a la cua de l’atur i reben el suport del poder polític.
Per eludir l’atenció d’aquestes qüestions primordials, davant les quals la classe treballadora ha de mostrar la seva fortalesa i organitzar-se, el nacionalisme català posava damunt de la taula el somnífer del sentiment patriòtic, de la menyspreada nació catalana, per apartar a la classe treballadora de les seves tasques immediates, per amenaçar per enèsima vegada a l’Estat espanyol amb el fantasma del separatisme, i obligar a l’oligarquia espanyola a jugar les seves cartes en la lluita pel mercat i el poder polític.
Després d’un recorregut que s’inicia en 2009 amb la primera consulta sobiranista a Arenys de Munt, acords transicionals, aprovacions per a referèndums, declaracions sobiranistes, consulta de 2014, declaració d’inici del procés independentista i trucada al referèndum d’independència de l’1 d’octubre de 2017, ens veiem avui dia en el qual es coneix popularment com un “estira-i-arronsa”. Una pugna entre les dues de les principals burgesies del país, entre la catalana i l’espanyola.
No volem realitzar aquest treball com si fos alguna cosa contra la independència política en general, no som anti-independentistas, som comunistes i apostem pel dret a l’autodeterminació dels pobles, fins a les seves últimes conseqüències, fins a la independència política, però només si representa un avanç per a la classe obrera. Si el procés d’independència no està hegemonitzat per la classe obrera i va en contra dels seus interessos deu ser rebutjat.
Per descomptat en la qüestió catalana està més que clar que és la burgesia catalana banderera per Junts pel sí, la marca electoral composta pel Partit Demòcrata Europeu Català, partit hereu de la CiU dels Pujol i per ERC, els qui dominen el procés recolzats per la CUP, que de popular només tenen el nom. L’única cosa que volen és una república catalana independent que defensi millor els seus interessos econòmics, la resta els és igual, poden intentar posar-se una cara amable, però els recordem que són els mateixos que van mantenir el primer govern d’Aznar, només els mouen els seus interessos econòmics, si algú es pensa que amb la independència dirigida per aquests subjectes es tranformarà la realitat estan molt equivocats, es mantindà la mateixa dominació de classe que existeix actualment, amb una posició per a la classe obrera encara més perjudicial.
En aquests moments d’agudització de la lluita de classes, en aquests moments en què parlen d’una recuperació gradual de la crisi, quan els nostres drets han estat calcigats i han deixat en una situació encara més precària al conjunt de tota la classe treballadora de l’Estat, la qual cosa necessita la classe obrera catalana no és posar-se a lluitar per la independència…A la classe obrera catalana li és igual la independència, el que necessiten és lluitar pels seus drets cada vegada més retallats, no necessiten la independència, necessiten organitzar-se i treballar per aconseguir la seva emancipació, la fi del capitalisme, la conquesta del socialisme, i això és impossible sense l’existència d’un Partit Comunista amb força que pugui llevar-li l’hegemonia a aquests subjectes.
No volem fer d’aquest treball un embrollat de cites, ans al contrari, volem que sigui senzill de llegir per qualsevol, encara així ens agradaria compartir alguns extractes de Joan Comorera, qui fou líder del PSUC, un honorable marxista-leninista, incansable lluitador per l’autodeterminació del poble català i per la República Federal i Popular a Espanya, venut a la policia feixista per l’adreça claudicadora i revisionista del PCE de Carrillo i la Pasionaria i que és agitat com una icona per a alguns independentistes catalans, que desconeixen la seva figura i falsifiquen la seva obra i el seu llegat al Moviment Comunista d’Espanya.
Comorera referent a la qüestió nacional a Catalunya:
«La separació per la separació és una idea reaccionària, ja que en el nostre cas concret, Catalunya, constituint-se en un Estat independent, sortiria d’una òrbita d’explotació nacional per caure dins d’una altra igual o pitjor. (…) La separació per la separació no resol el problema nacional, perquè la continuïtat de l’imperialisme comporta l’opressió nacional, progressiva, fins i tot d’aquelles nacions que un dia van ser independents i sobiranes». (Joan Comorera; Carta oberta a Reyes Bertal, 1948)
Aquells que es declaren ideològicament com a independentistes pel que fa a la qüestió catalana actual no són més que defensors dels interessos de la burgesia catalana que abandera el projecte. Què més dóna que se surtin de l’Estat espanyol si el que volen és seguir depenent de la Unió Europea, dels Estats Units o d’Israel. Qui, dins dels seus cabals, pot pensar que ser independents en la Unió Europea afebleix l’imperialisme? Nosaltres creiem fermament el contrari.
Si el procés independentista estigués liderat per la classe obrera, si suposés un avanç per a la classe obrera, ho defensaríem amb totes les nostres forces, seríem els més ferms defensors de la independència de Catalunya, però com a resulta que és tot el contrari ens oposem a l’actual procés d’independència.
La nostra classe és internacional, el nostre enemic no és un poble o un altre, el nostre enemic és el capitalisme, que ha de ser enderrocat, conquistant el socialisme. Tots els pobles d’Espanya han de lluitar braç a braç per l’emancipació de la nostra classe.
“La nostra llibertat serà fruit de la lluita revolucionària del poble català, dels pobles hispànics, contra l’enemic comú (…) La nostra lluita portada en íntima solidaritat amb els pobles i la classe obrera internacional” (Joan Comorera: Socialisme i qüestió nacional)
El respecte i defensa del dret a l’autodeterminació no vol dir que cal recolzar qualsevol moviment d’independència encara que sigui una farsa, al contrari, exigeix que es denunciï i desemmascari, que es combati a aquells que defensen aquests processos, que es lluiti contra les farses i es doni suport a portar l’autodeterminació fins a les seves últimes conseqüències.
“Al moment present el problema que se’ns planteja no és el de separar o no Catalunya d’Espanya, si no el de crear les condicions que assegurin a Catalunya de manera indubtable l’exercici ple i lliure del dret a l’autodeterminació i el respecte absolut a l’expressió de la seva voluntat sobirana” (Joan Comorera: Socialisme i qüestió nacional)
Per això estem en contra de la farsa de l’1 d’Octubre, no és vinculant, té garanties nul·les, no tenen capacitat de fer-ho vinculant mitjançant la força i l’única cosa que fa és marejar a la classe obrera, enganyar a la gent centrant la mobilització en un assumpte sense importància perquè no té cap possibilitat d’èxit, des del principi és una gran mentida que desvia la mobilització, l’activitat política dels veritables problemes, de la necessitat de continuar amb la lluita de classes per la nostra emancipació, del derrocament de la monarquia de la necessitat d’instaurar una república popular i federal que de debò respecti el dret a l’autodeterminació i que sigui garant de la voluntat sobirana de Catalunya.
A part per descomptat que no tenen la majoria aclaparadora de la qual presumeixen constantment. Veurem en els índexs de participació electoral dels seus referèndums si tan majoritaris són, es portarien una sorpresa com ja la hi van portar en l’anterior referèndum en el qual la participació va ser molt baixa.
Recalquem que aquest no és un text contra la independència, és un text contra aquest procés, però el que volem no és ser ”anti” alguna cosa, volem fer la nostra pròpia proposta de solució, la república federal i popular que respecti realment el dret a l’autodeterminació, la voluntat popular, que tingui un caràcter realment progressista i que estigui encaminada a posar fi al problema principal que és el capitalisme, amb la instauració de l’única alternativa possible, el socialisme.
Per això animem a realitzar a Catalunya activitats per la república popular i federal, a participar en les activitats del Front republicà el programa resumit del qual és est:
1. Derrocament de la monarquia. Sortida de la Unió Europea, l’OTAN i expulsió de tots els agents imperialistes del país, començant amb les bases de l’OTAN, incloent-hi Gibraltar, mitjançant la lluita revolucionària.
2. Establiment d’una república federal, popular i encaminada al socialisme. Una república que defensi els drets de la classe obrera i respecti el dret a l’autodeterminació.
3. Industrialització del país. Som un país terciaritzat, depenem del turisme i la indústria s’ha desmuntat a causa de les exigències de la Unió Europea. No podem ser un país sobirà si no tenim capacitat de produir i subsistir, doncs estarem condemnats a ser dependents. Al seu torn, es nacionalitzaran els béns dels monopolistes i es confiscaran els béns dels oligarques.
4. Es realitzarà una reforma agrària, expropiant als terratinents. Actualment a causa dels xantatges, integrats habitualment en subvencions de la Unió Europea, obliguen a deixar camps sense conrear mentre els camperols no tenen ni per menjar. La reforma serà una de les prioritats de la nova república, fomentant al seu torn la creació de cooperatives estatals agràries.
5. S’acabarà amb les restes de l’imperialisme espanyol, se solucionarà la qüestió de Canàries, Ceuta i Melilla. Al seu torn es deixarà d’intentar establir relacions de dependència amb cap país. Es prendrà com a prioritat la cerca d’una solució per a la qüestió del Sàhara.
6. Es decretarà una amnistia política per a tots els presos polítics. S’aboliran totes les lleis que van en contra del progrés i la transformació de la societat. Es depurarà la policia i l’exèrcit, constituint així un nou exèrcit del poble i al servei d’aquest.
Això és un programa progressista, de transformació de la societat, dóna una resposta als problemes candents a Espanya, la independència no és progrés perquè sí, JxSí és la continuació del problema, és més capitalisme, no suposen cap canvi a millor per a la classe obrera.
“L’experiència històrica ens demostra que una República dirigida per la burgesia no resol els problemes nacionals (…) L’experiència de la nostra guerra ens demostra que la burgesia catalana es passa en massa a l’enemic abans que admetre una Catalunya lliure nacionalment i social. Per tant, companys, el camí a seguir per a Catalunya és indubtable. Únicament la República Popular d’Espanya dirigida per la classe obrera, garanteix a Catalunya el respecte estricte i absolut a l’expressió de la seva sobirania. I aquesta República Popular dirigida per la classe obrera solament la podrà aconseguir Catalunya lluitant en fraternal unió amb els altres pobles hispànics”.
Només la unitat de tots els pobles hispànics pot donar-nos la fortalesa de poder enfrontar-nos a tota la reacció internacional a la qual haurem d’enfrontar-nos, el problema català és molt antic, però ja Comorera afirmava que només una república forta, popular i federal pot donar-nos la possibilitat de sortir victoriosos.
La nostra aposta és la de la república popular i federal encaminada al socialisme i lluitarem per ella contra tots els intents de resistència a ella vengen dels feixistes o d’independentistes burgesos.
Ara analitzarem per acabar els principals arguments de l'”esquerra” independentista perquè creiem que és necessari desemmascarar-los perquè les seves bases se’n adonin que estan sent enganyats, que on ells veuen transformació només hi ha mentides i suport a la burgesia catalana. Anirem esmicolant-los un a un.
1. “El nou començament”.
Molts catalans suposadament d’esquerres i fins i tot suposadament comunistes defensen el procés actual dirigit per la burgesia catalana com l’oportunitat de començar de 0, de poder fer taula rasa i començar a construir una nova societat des dels fonaments.
Apostar per això és caure en l’idealisme més infantil. Qui, dins dels seus cabals, pot pensar que la burgesia catalana amb ferms llaços financers, per exemple amb Israel, permetrà que comencin quelcom de 0. Si aconseguissin la independència, intentarien romandre en la Unió Europea o crearien vincles de dependència amb altres potències imperialistes. L’única cosa que aconseguirien és més capitalisme, no hi hauria cap avanç molt menys podran començar de 0 res.
2. “La independència és inevitable perquè és un sentiment, a més és alguna cosa que se sent en la sang”.
En primer lloc, el material se subordina sobre els sentiments que al seu torn emanen del material, pretendre que els sentiments siguin el determinant és un absurd, el següent serà afirmar que la independència és inevitable perquè Déu vol que sigui així sigui.
Nosaltres no creiem en la determinació, creiem en la ciència i en el progrés, i això és impossible sense tenir en compte les condicions materials, els sentiments no poden transformar la realitat material, que la fe mou muntanyes és una consigna religiosa que gens té a veure amb el marxisme o la revolució.
El que la independència se sent en la sang, la importància de la sang catalana és ja l’absurd de l’absurd, la pertinença a la nació no ho dóna el racial, ho dóna que es compleixin una sèrie de característiques, que són:
“Nació és una comunitat humana estable, històricament formada i sorgida sobre la base de la comunitat d’idioma, de territori, de vida econòmica i de psicologia, manifestada aquesta en la comunitat de cultura.”
Vincular aquí sentiments i qüestions racials és de tot menys marxista, de fet s’assembla més als posicionaments dels feixistes que a res que pugui semblar progressista.
3. “Primer la independència, després el socialisme”. “La independència afebleix l’imperialisme espanyol”.
Primer la independència encara que la dirigeixi la burgesia catalana i sigui una reculada per a la classe obrera, després ja veurem, o després serà més fàcil.
No sabem que és pitjor si la gent que de debò li és igual que sigui un retrocés per la classe obrera per tal d’aconseguir la independència o aquells ensarronadors que damunt pretenen fer-la passar com un gran avanç per a la lluita de classes, com si sortir-se d’Espanya i ficar-se en la Unió Europea que és el que pretenen fos un avanç per a algú. Espanya és un país que pertany al bloc imperialista europeu, que els països siguin més febles afavoreix als interessos imperialistes europeus pel que els serà més fàcil que s’imposin i més difícil resistir-se per part de països afeblits.
No hi ha debilitament doncs de l’imperialisme, la qual cosa hi ha és un reforç d’aquest en tot cas.
4. “La gent demana participació, avui és el referèndum, demà seran qüestions econòmiques i socials”.
Perfecte, la història ha demostrat que la burgesia cedeix les seves posicions privilegiades i actua en contra dels seus interessos només amb demanar-li-ho, només amb demanar-ho la transformació de les coses està garantida. Pensem que precisament la història de la lluita de classes demostra just tot el contrari, que només mitjançant la violència es pot aconseguir el canvi, la transformació social.
Que Tardà amenaci al congrés amb què la UE no permetrà això o l’un altre només els desemmascara als nostres ulls, són els mateixos gossos amb diferent collaret, no busquen la transformació, busquen la perpetuació del capitalisme, de l’explotació, encara que pugui semblar que tenen un rostre més amable, no volen la transformació de la societat, només volen omplir-se la borsa, com bé ha demostrat el clan mafiós del Pujol.
5. “El procés ho dirigeix gent com tu i com jo, no Junts pel sí”
És com dir que les revolucions taronges, per exemple la d’Ucraïna, no les dirigia l’imperialisme americà i europeu, que era la gent buscant democràcia, gent de base, com tu i com jo.
És surrealista, si no hi ha un Partit Comunista que pugui llevar-los l’hegemonia no hi ha transformació possible, el moviment independentista actual està dirigit per qui ho finança i ho organitza, la burgesia catalana que només ho fa per defensar els seus interessos econòmics, la resta és conte, una autèntica farsa.
Aquestes persones estan anant a la saga de la burgesia, estan caient en l’espontaneisme i el seguidisme impedint o dificultant que els obrers puguin organitzar-se contra aquesta pantomima de referèndum.
6. “El dia 1 d’Octubre els Catalans guanyarem amb la nostra sang la independència”.
El pitjor dels idealismes, sense preparació, sense organització, sense cap tipus d’experiència qualsevol intent de resistir per la força serà avortat amb summa facilitat, estan fanfarronejant d’alguna cosa que saben que són incapaces de realitzar. Implantable fora de les xarxes socials, on solen realitzar aquest tipus d’argumentacions.
7. “És una ocasió per enterrar la constitució del 78”
És una ocasió per enterrar la constitució del 78 en un territori, però que segueixi igual o pitjor en la resta, a més tenint en compte que el caràcter de la hipotètica nova constitució catalana serà similar, és a dir, homologable a la de qualsevol democràcia europea.
Per tant seguim sense veure l’avanç per cap lloc, l’única forma de enderrocar la constitució del 78 és amb la finalitat de la monarquia i la implantació d’una república federal i popular, que se surti de la Unió Europea i que ens converteixi en un país sobirà i independent, encaminat al socialisme.
8. “És ara o mai, és el més semblant a una revolució que anem a veure”.
Per descomptat tenim una visió molt diferent del que és una revolució, si afavorir el capitalisme i la sortida de gent al carrer és una revolució, els veurem celebrant la pujada de Hitler en poder cantant i fent balls, com el que van fer per la independència.
No es pot caure en l’immediatisme, en l’aventurerisme, cremant les opcions de poder realitzar gestes realment heroiques i productives per a la classe obrera, com és la presa del poder polític. No pensar en la tàctica i l’estratègia i fer-ho solament seguint al moviment del moment és caure en l’error i en l’anticomunisme.
9. “Espanya és un país endarrerit, un país reaccionari per naturalesa”.
Els recordem a aquests senyors que efectivament vivim en una Espanya capitalista i reaccionària, sens dubte, en això tenen tota la raó, però a afirmar que Espanya és un país reaccionari per naturalesa no, nosaltres no defensem l’Espanya de Rajoy, defensem l’Espanya de José Díaz, del Front Popular, de la guerra civil, de la resistència antifeixista, del FRAP, d’Elena Ódena, l’Espanya de la república federal i popular, una Espanya de revolució i progrés.
Secretaría ideológica del PML (RC)