viernes, 9 de diciembre de 2011

RC frente a las Elecciones Burguesas en el Estado Español


No son pocos los que, al leernos en épocas electorales, nos recomiendan la lectura de “La Enfermedad Infantil del Izquierdismo en el Comunismo”, del maestro Lenin. Aludiendo a dicha obra, y debido a nuestra postura de abstención electoral frente a los procesos electorales en este estado, sacan citas de contexto con la intención de desacreditarnos. Nosotros recurrimos a él muy a menudo también:

“Indudablemente, quien de un modo general siguiera sosteniendo la vieja afirmación de que abstenerse de participar en los parlamentos burgueses es inadmisible en todas las circunstancias, estaría en un error. No puedo intentar formular aquí las condiciones en que es útil el boicot. (…)La experiencia rusa nos da una aplicación feliz y acertada (1905) y otra equivocada (1906) del boicot por los bolcheviques. Analizando el primer caso, vemos: los bolcheviques consiguieron impedir la convocatoria del parlamento reaccionario por el Poder reaccionario, en un momento en que la acción revolucionaria extraparlamentaria de las masas (particularmente las huelgas) crecía con excepcional rapidez”.

“La Enfermedad Infantil del Izquierdismo en el Comunismo”, LENIN

No obstante, nuestra postura se basa, a diferencia de aquella de los revisionistas, en las circunstancias concretas de este estado, y no en generalidades abstractas como suele hacer el revisionismo. Nosotros, como decía el maestro, somos flexibles en la estrategia y la táctica, e inflexibles en los principios, a diferencia de los revisionistas que ponen los principios al servicio de la táctica y la estrategia. Lenin se basó en circunstancias concretas a la hora de escribir sobre la Duma:

“¿Qué significa un boicot activo a la Duma? (…) ¿Por qué nos negamos a participar en las elecciones? Porque si participáramos en las elecciones, involuntariamente ayudaríamos a mantener en el pueblo la fe en la Duma y debilitaríamos con ello el vigor de nuestra lucha contra un remedo de representación popular”.

"¿Debemos boicotear la duma del Estado?", LENIN

En primer lugar nos gustaría reseñar que los procesos electorales no son más que una forma de medir el índice de conciencia de la clase obrera en un momento dado y que en esta fase histórica no va a ir a más (como decía Engels). Es decir, no podemos condicionar toda nuestra actividad hacia un proceso tan insignificante que no es más que un elemento secundario, un elemento que no es más que una parte de la lucha legal, que es la menos importante y que debe usarse única y exclusivamente para fomentar la parte clandestina. La parte clandestina es la más importante. Es la que nos posibilitará la toma del poder. En el siguiente estracto, el camarada Enver Hoxha lo deja bastante claro:

 “Observamos que en Europa los marxistas-leninistas no han llegado todavía a comprender debidamente la necesidad de organizar la actividad del partido en la clandestinidad y la semiclandestinidad. En este sentido influye considerablemente la actividad de los revisionistas. Si bien los nuevos partidos marxista-leninistas no se plantean seguir la vía parlamentaria, tienden a desarrollar toda su actividad de forma legal, como hacen los partidos revisionistas. Piensan que pasando a la semiclandestinidad o la clandestinidad total, no podrían hacer nada. Les parece que no trabajarían haciendo pasar una parte de sus militantes a la clandestinidad a fin de que se conviertan en el núcleo principal de toda la actividad del partido. Por tanto, no comprenden la importancia de crear un núcleo fuerte en condiciones de clandestinidad."

Antes de entrar a explicar nuestra posición de abstención activa en el estado español, queremos también desarrollar otras dos cuestiones; en primer lugar, la caracterización de clase de un estado, es decir,de la dominación de clase; y en segundo lugar, la estructura del partido de nuevo tipo, del partido de vanguardia. Comenzaremos por lo primero.

Pasamos a analizar la caracterización de clase con un texto extraído de “La ofensiva del fascismo y las tareas de la Internacional en la lucha por la unidad de la clase obrera contra el fascismo” de Jorge Dimitrov.

 “El desarrollo del fascismo y la propia dictadura fascista revisten en los distintos países formas diferentes, según las condiciones históricas, sociales y económicas, las particularidades nacionales y la posición internacional de cada país. En unos países, principalmente allí, donde el fascismo no cuenta con una amplia base de masas y donde la lucha entre los distintos grupos en el campo de la propia burguesía fascista es bastante dura, el fascismo no se decide inmediatamente a acabar con el parlamento y permite a los demás partidos burgueses, así como a la socialdemocracia, cierta legalidad. En otros países, donde la burguesía dominante teme el próximo estallido de la revolución, el fascismo establece el monopolio político ilimitado, bien de golpe y porrazo, bien intensificando cada vez más el terror y el ajuste de cuentas con todos los partidos y agrupaciones rivales, lo cual no excluye que el fascismo, en el momento en que se agudezca de un modo especial su situación, intente extender su base para combinar -sin alterar su carácter de clase- la dictadura terrorista abierta con una burda falsificación del parlamentarismo.

La subida del fascismo al poder no es un simple cambio de un gobierno burgués por otro, sino la sustitución de una forma estatal de la dominación de clase de la burguesía -la democracia burguesa- por otra, por la dictadura terrorista abierta. Pasar por alto esta diferencia sería un error grave, que impediría al proletariado revolucionario movilizar a las más amplias capas de los trabajadores de la ciudad y del campo para luchar contra la amenaza de la toma del poder por los fascistas, así como aprovechar las contradicciones existentes en el campo de la propia burguesía. Sin embargo, no menos grave y peligroso es el error de no apreciar suficientemente el significado que tienen para la instauración de la dictadura fascista las medidas reaccionarias de la burguesía que se intensifican actualmente en los países de democracia burguesia, medidas que reprimen las libertades democráticas de los trabajadores, restringen y falsean los derechos del parlamento y agravan las medidas de represión contra el movimiento revolucionario.

Camaradas, no hay que representarse la subida del fascismo al poder de una forma tan simplista y llana, como si un comité cualquiera del capital financiero tomase el acuerdo de implantar en tal o cual día la dictadura fascista. En realidad, el fascismo llega generalmente al poder en lucha, a veces enconada, con los viejos partidos burgueses o con determinada parte de éstos, en lucha incluso en el seno del propio campo fascista, que muchas veces conduce a choques armados, como hemos visto en Alemania, Austria y otros países. Todo esto, sin embargo, no disminuye la significación del hecho de que, antes de la instauración de la dictadura fascista, los gobiernos burgueses pasen habitualmente por una serie de etapas preparatorias y realicen una serie de medidas reaccionarias, que facilitan directamente el acceso del fascismo al poder. Todo el que no luche en estas etapas preparatorias contra las medidas reaccionarias de la burguesía y contra el creciente fascismo, no está en condiciones de impedir la victoria del fascismo, sino que, por el contrario, la facilitará.”

Extraemos de aquí varias cosas; la primera es que en un estado donde esté implantado el fascismo, o que esté en un grado de fascistización tan agudo que el fascismo está en ciernes, no se puede participar en los procesos electorales, lo que supondría estar legitimando el sistema. Sólo hay dos tipos de dominación Burguesa; la democrática y la dictadura terrorista abierta (el fascismo), por lo que no hay términos medios. La fascistización no es más que el pequeño tiempo que va desde la fase democrática a la autoritaria, y como dice Dimitrov, una vez que empieza ya no es reversible, salvo que se destruya el poder burgués sustituyéndolo por el nuevo poder proletario. Pero esto nunca se conseguirá mediante la participación electoral. Aquí hacemos la diferencia con el concepto revisionista de fascistización como si fuera una tercera forma de dominación burguesa. Basta de hipocresías y mentiras a la clase obrera para justificar el electoralismo; la dominación o es democrática o es autoritaria (fascismo).

Por último, antes de centrarnos en nuestra posición concreta, queremos hablar sobre el partido de nuevo tipo y su estructura. Creemos que esta cita de Argala lo ejemplifica muy bien: 

"La diferencia entre partido de vanguardia (homogéneo, de cuadros, semiclandestino y marxista-leninista) y partido de masas populista (amplio, de masas, público e incluso electoral) está en la base de saber hacer avanzar todo proceso revolucionario, un Partido de vanguardia sin una unidad amplia está condenado al sectarismo y a la desaparición paulatina. A su vez, una unidad popular que englobe amplios sectores populares necesita de un Partido de vanguardia, pequeño en número pero fuerte en lo ideológico, para no caer en soluciones 'fáciles' en el corto plazo que derivan en la claudicación y en no llevar hasta el final el proceso de liberación nacional hasta el socialismo"

En ciertas condiciones hay que participar en los procesos electorales, por supuesto, no queremos caer en el izquierdismo, aunque nos acusen de ello los revisionistas derechistas. Por tanto, sólo se puede participar en un proceso electoral teniendo en cuenta:

-Primero, un partido de vanguardia, con estructura de partido de vanguardia. Las elecciones no son más que una parte de la lucha legal, totalmente secundaria, y no se participa en ellas convirtiendo el partido, como han hecho los revisionistas, en un partido de masas que sirve a los intereses de la burguesía.

-Segundo, que sólo se puede participar en un proceso electoral con dominación burguesa democrática ya que con la dominación autoritaria es imposible. Los comunistas acaban en la cárcel y asesinados como en España mientras los socialdemócratas realizan fiestas electorales.

-Tercero, que sólo se participa en el proceso electoral para fomentar y reforzar, junto al resto de la lucha legal, la parte clandestina del Partido, que, insistimos, es la más importante.

Es por estas tres razones que abogamos por la abstención activa. Ni vivimos en un país democrático, de dominación democrática, ni hay ningún partido de estructura de nuevo tipo, ningún partido comunista “legal” que no sea revisionista que se pueda presentar a las elecciones. Por tanto, no hay lucha legal que refuerce ninguna parte clandestina. 

Nuestras críticas a los partidos revisionistas, especialmente PCE y PCPE, no son por el hecho genérico de querer presentarse a las elecciones, sino porque se presentan aquí, porque son partidos electoralistas, se centran exclusivamente en el electoralismo, el espontaneísmo seguidista de las masas y el economicismo. Nuestra postura se debe a las circunstancias concretas y a las características concretas del estado español.

Y ya que les gusta tanto recomendar y aconsejar, nos gustaría recomendarles “La revolución proletaria y el renegado Kautsky”, aunque, a la vista está, Kautsky estaba mucho más avanzado que ellos, lo cual no dice mucho de los mismos. 

"El alma del marxismo es el análisis concreto
de la situación concreta" Lenin

RECONSTRUCCIÓN COMUNISTA (RC)