El día 18 de Septiembre falleció Santiago Carrillo, a los 97 años de edad. Se están sucediendo múltiples homenajes, desde la monarquía que incluso acompañó a la familia del fallecido en las horas posteriores a su muerte, pasando por todos los partidos del sistema, incluyendo a organizaciones de “izquierdas” a las que les falta tiempo para presentarlo como un adalid de la lucha antifranquista, de la democracia, de la Transición (que entendemos como Traición), y artífice de la reconciliación nacional tras la Guerra Civil y el franquismo, donde no dudaba ni un momento a la hora de hablar de no volver a abrir unas heridas que, para nosotros, nunca cerraron. Habría que preguntarles qué es lo que entienden por lucha, ya que Carrillo no luchó en ningún sitio, por mucho que él se empeñe en decir lo contrario. No luchó ni durante la guerra, ni durante su exilio en el que vivió a cuerpo de rey. Para ilustrar este aspecto del “último gran secretario general”, simplemente un detalle; en 1936, cuando los fascistas acorralaban Madrid, Trifón Medrano, Secretario General de las JSU y todo el grueso de la dirección se fueron al frente de la sierra para defender Madrid, como no podía ser de otra forma. Todos excepto Santiago Carrillo Solares, que no fue bajo la excusa de que tenía gripe.
Carrillo
fue un traidor tanto a la clase obrera como al comunismo. Fue el principal
impulsor, junto a la Pasionaria, de la
destrucción del Partido Comunista en España. Hizo más por el sistema y por la
destrucción del movimiento comunista que el propio Franco, entregando a
camaradas como Grimau, a quien no dedica más de un par de páginas en su último
tomo de sus Memorias, culpando a un tal Lara de entregar a la Policía a Grimau
y que desapareció tan misteriosamente y tan rápidamente como había aparecido. A
Grimau intentaron asesinarlo tirándolo por una ventana de la Dirección General
de Seguridad, pero sobrevivió para ser sometido a un juicio tan ridículo como
falso, y fusilado posteriormente. El encargado de anunciar y justificar
públicamente semejante chapuza de ejecución fue el otrora gran amigo y también
“adalid de la democracia y la reconciliación nacional” Manuel Fraga, en calidad
de Ministro de Información y Turismo. A otros sencillamente los expulsó
suciamente cuando estaban a punto de enfrentarse a la muerte, como a Quiñones,
por no hablar de las decenas de camaradas que fueron directamente asesinados
por los acólitos de Carrillo y por orden directa de éste para mantenerse en el
poder cual “Zar Rojo”. Sin entrar en detalles sobre temas más peliagudos e
inquietantes como el hecho de que a su regreso del exilio fueron detenidos la
mayor parte de los delegados procedentes del interior del país, o la lamentable
actuación de delatores con el gran Joan Comorera que finalizó en su detención y
un juicio en el que fue condenado a 30 años de cárcel.
Ideológicamente
su adaptación del eurocomunismo al estado no fue más que otra puñalada a las
ideas comunistas, destruyó el Partido, lo deslegitimó a ojos de nuestra clase,
dejándonos ahora a todos los destacamentos marxistas-leninistas que se han
mantenido en el tiempo ante la difícil circunstancia de tener que volver a
reconstruir el Partido. Con su adaptación de ese aborto ideológico llamado
eurocomunismo y que es desde el principio hasta el fin una teoría antimarxista,
niega la dictadura del proletariado así como la dictadura de la burguesía, y
por el contrario alaba la “democracia burguesa” como método legítimo de acceder
al poder y poder comenzar a pensar en el tránsito pacífico al socialismo. Esto es
traición a la clase obrera y su causa al malinterpretar lo que es el estado que
le lleva automáticamente a rechazar ideas claves como la de partido único o
revolución violenta, bajo el manido tópico de que éstas son imposibles en los
países capitalistas modernos.
Todo
esto, y por supuesto mucho más, es culpa del execrable de Carrillo. Nosotros no
nos alegramos de su muerte ya que hubiéramos preferido que hubiera sido juzgado
en un tribunal popular por crímenes contra la clase obrera.
RECONSTRUCCIÓN
COMUNISTA
SEPTIEMBRE
2012