jueves, 26 de septiembre de 2013

Sobre el comunicado de Corriente Roja difamando a Stalin y la lucha en Siria

La organización trotskista Corriente Roja sacó a la luz el 20 de septiembre un comunicado acompañado de una fotografía. La fotografía corresponde a la concentración que se realizó en Sol, para denunciar la agresión imperialista que está sufriendo Siria por parte del imperialismo norteamericano.
En el comunicado se afirma que son los “estalinistas” y nombran al PCE. Hemos de decir que cualquiera que conozca mínimamente a Reconstrucción Comunista y su entorno y mire esa foto, puede ver a la perfección que efectivamente no son militantes del PCE los que salen en ella. La policía identificó a algunos de nuestros militantes al finalizar la misma concentración, y así lo relatamos en la crónica que publicamos en su momento: http://blog.reconstruccioncomunista.org/2013/08/cronica-de-la-concentracion-contra-la.html
El motivo del conflicto es que llegaron varios individuos lanzando “vivas” a la intervención norteamericana, a la invasión de Siria por un ejército extranjero. Ante esta provocación, y para evitar mayores problemas, se les invitó, como puede verse en la foto, a abandonar la concentración.
Hasta aquí la realidad, fácilmente contrastable por cualquiera, nada que ver con Stalin o con los “estalinistas”. Posteriormente, por supuesto, nos referiremos a esta cuestión también.
Corriente Roja, como buenos trotskistas, y siguiendo el ejemplo del delator de comunistas británico Orwell, se dedica a publicar fotos de militantes políticos, haciéndole el juego a la policía. Como siempre, lo que no saben, los trotskistas se lo inventan.
Nuestro posicionamiento político en el conflicto sirio es claro y nada sospechoso de secundar a Al Assad: http://blog.reconstruccioncomunista.org/2013/08/sobre-la-situacion-en-siria-con-los.html Nos declaramos abiertamente en contra de la injerencia imperialista, venga del bloque imperialista que venga, tanto si es del bloque EEUU-UE y sus países satélites como si es del bloque imperialista chino-ruso o de sus lacayos. 
 
Nuestro deber como leninistas es el de defender y apostar por nuestra línea en los frentes, crecemos con la confrontación con los revisionistas, presentando batalla ideológica en cada momento. Jamás hemos apoyado a Al Assad. Para quien ambigüamente se posiciona con “el pueblo” sin entrar en qué organizaciones lo dirigen es impensable un posicionamiento anti-imperialista consecuente. Bajo la esquiva retórica de Corriente Roja, en la que apoyan la “revolución” en Siria, surge una pregunta obvia: ¿la revolución que está realizando quién? ¿El pro-yankee Ejército de Liberación Sirio (FSA)? ¿La “revolución” islámica que pretende ejecutar el Frente Al Nusra (la filial de Al Qaeda en Siria)?
Es de sobra conocido el posicionamiento histórico de los trotskistas, agentes infiltrados del capital cuya única función es dinamitar el movimiento revolucionario, apoyando todas las contrarrevoluciones desde que fueran expulsados, por desviacionistas y revisionistas, del PCUS.
No situarse realmente con los Pueblos Sirio y Kurdo en este conflicto es ser un contrarrevolucionario, es estar al servicio del imperialismo. 
 
A estos contrarrevolucionarios les gusta hablar mucho de libertad, pero, ¿por qué no han nombrado ni una sola vez el drama de los kurdos en Siria, reprimidos durante años por el reaccionario de Al Assad al frente del Estado Sirio y, ahora, entre dos fuegos? ¿Por qué no hablan de lo que sucede en Rojava, de la justa lucha de los kurdos contra todo tipo de imperialismo y por la libertad de su pueblo? Callan, porque temen todo lo que suene a revolucionario y permanezca ajeno a su órbita, debido a la incapacidad del trotskismo para dinamitarlo. Es más fácil apoyar a los lacayos del imperialismo norteamericano.
Como siempre, los trotskistas, al servicio de la burguesía, intentan seguir con su fábula del “estalinismo”. Este término fue acuñado por ellos y como tal es una herramienta que solo sirve para demonizar el comunismo. Stalin fue un marxista-leninista ejemplar, la dirección del PCUS fue una dirección colectiva, elegida por el conjunto del Partido Comunista de la Unión Soviética en sus Congresos, es decir, mediante el centralismo democrático.
Precisamente es después de la muerte del camarada Stalin cuando los revisionistas, en 1956, dan el golpe de estado en el XX Congreso del PCUS, acabando con el socialismo en la URSS. Tras el golpe de Estado perpetrado por los burócratas y los militares se implantó el capitalismo de Estado, lo cual lleva al absurdo los argumentos de Corriente Roja sobre la posición internacional del “estalinismo”, cuando en la URSS gobernaban desde 1956 los revisionistas, que fueron los sepultureros del socialismo.
Consecuencia de perder la lucha ideológica fue la demonización del comunismo, lo que ha conllevado a que gente que se autodenomina comunista reniegue de la dictadura del proletariado, de los principios del marxismo-leninismo, y, por supuesto, del camarada Stalin. Resulta peculiar que aquellos a los que Corriente Roja llama “herederos de Stalin” (PCE y PCPE) odien de igual manera la figura de Stalin, renegando de su legado y aplicando de facto los principios de la social-democracia. A pesar de que desde algunos partidos revisionistas se rinda “culto a la figura de Stalin” no deja de ser por mero folklore, desechando la incuestionable labor teórica y práctica que Stalin dejó en la ciencia del marxismo-leninismo. Son tan revisionistas y contrarrevolucionarios como lo son los trotskistas, como decía Hoxha: un comunista que en la época actual no defiende a Stalin es un cobarde.
Nosotros sí reivindicamos el legado de Stalin, y estamos orgullosos de nuestra historia. Corriente Roja afirma que ellos se consideran los herederos de Trotsky, Klement y de Munis. Nosotros lo somos de Stalin, de Hoxha, de Jose Díaz, de Kirov y de todos aquellos camaradas anónimos que combatieron al trotskismo, como la desviación ideológica revisionista y contrarrevolucionaria que es. Los asesinos de Kirov solo merecen acabar como acabaron Trotsky y compañía. Reivindicamos la lucha emprendida en el pasado por todos aquellos marxistas-leninistas a los que no les tembló el pulso a la hora de ajusticiar a Trotsky, Nin y el resto de estos contrarrevolucionarios agentes del capital. En el futuro, cuando las contradicciones se agudicen y la lucha de clases se acentúe, a nosotros tampoco nos temblará.


Reconstrucción Comunista Septiembre 2013