[ Según el portal estadístico del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad de la Delegación del Gobierno de España: hay un total de 62.316 denuncias por violencia de género en lo que va de año, de las cuales 2.814 -es decir el 4,5%- son presentadas directamente por las víctimas y 899 – que equivaldría al 1,44%- son presentadas por los familiares de la víctima; con un total de 48 víctimas mortales.
Sin embargo existen recuentos de otras fuentes que
indican un número de víctimas superior y esto se debe a que el Gobierno de
España en este caso cuenta únicamente con las mujeres asesinadas explícitamente
por sus parejas o ex parejas. Pero estas no son las únicas posibles víctimas de
la violencia de género ya que pueden ser madres, hermanas, hijos e hijas…
Según el recuento de geofeminicidio.com –con noticia
adjunta a cada caso- el número de víctimas mortales en España de este año asciende
a 93, prácticamente el doble del recuento anterior.
Además los presupuestos destinados a la atención
de las víctimas y a su reinserción social y laboral, no contabilizan las agresiones
físicas machistas si las víctimas no pasan más de 48 horas ingresadas en un
hospital, suprimen las competencias locales de Igualdad respecto a la
asistencia a las víctimas y a las personas dependientes de estas (hijos e
hijas, personas de edad avanzada, etc.) y aumentan los costes judiciales
provocando así que muchas acaben retirando dichas denuncias interpuestas. ]
A pesar de esta contradicción las instituciones
burguesas mediante la Ley
Orgánica de «Medidas de Protección
Integral contra la Violencia de Género» proponen como solución una “Estrategia Nacional para la Erradicación
de la Violencia de Género 2013-2016”. Ley que consiste en dificultar cada vez mas la supresión de dicha
violencia que ejercen si mismos sobre todas las mujeres trabajadoras, que a su
vez las desprotege y les recorta los derechos.
Esto muestra claramente (junto a otras medidas –a
demás del escandaloso número de asesinatos- como las dificultades para ejercer
el derecho al voto, para las ayudas sociales para tanto viudas como mujeres
pensionistas o mujeres solteras con hijos, etcétera que cada vez son menores;
para el derecho a la maternidad y a la fecundación asistida para lesbianas y/o
solteras que no cumplen con el canon del estereotipo familiar patriarcal…) que
dicha violencia jurídica y
simbólica de la superestructura contra
las mujeres no se está erradicando por parte del Gobierno en absoluto, sino que
es además quien lo invisibiliza y enmascara, y utiliza a su favor precisamente para
mantener a las mujeres oprimidas porque es la opción más «rentable» para la
subsistencia del capitalismo: no sólo son trabajadoras asalariadas sino que
también son trabajadoras domésticas, reproductivas …
Y es, por tanto, un
despropósito desligar la lucha contra el patriarcado de la lucha contra el
capitalismo, olvidar la raíz opresiva de clase que nos aplasta desde el Estado
burgués como clase clase y mujeres. Solo el fin del capitalismo puede acabar
con la raíz de la opresión de clase y género, y solo la construcción del
socialismo garantizará la eliminación de todo resquicio del patriarcalismo que
vertebra las relaciones sociales que se derivan del modo de producción
capitalista.
¡Viva la lucha de la mujer trabajadora!
¡Por un feminismo de clase y
combativo!