martes, 25 de diciembre de 2012

A vueltas sobre el Marxismo-Leninismo y las “nuevas ideas”.

Desde la caída de la URSS, y especialmente desde hace unos años, se viene hablando  de nuevas ideas para cambiar el mundo y contrarrestar el decadente capitalismo, ideas que representan al postmodernismo ideológico y que vendrían a responder a esa acuciante necesidad (?) que hay de sustituir el “fallido” marxismo con algo “novedoso”. Con este texto intentaremos dar respuesta a estas cuestiones desde una perspectiva de clase, desde una perspectiva marxista-leninista a estas “nuevas” ideas, las cuales intentaremos demostrar que no son nuevas, y que ya fueron desautorizadas por los marxistas clásicos.

Antes de empezar nos gustaría analizar brevemente los tipos de ideas y teorías sociales y cómo deben surgir:

“Pero hay diferentes ideas y teorías sociales. Hay ideas y teorías viejas, que han cumplido ya su misión y que sirven a los intereses de fuerzas sociales caducas. Su papel consiste en frenar el desarrollo de la sociedad, su marcha progresiva. Y hay ideas y teorías nuevas, avanzadas, que sirven a los intereses de las fuerzas de vanguardia de la sociedad. El papel de éstas consiste en facilitar el desarrollo de la sociedad, su marcha progresiva, siendo su importancia tanto más grande cuanto mayor es la exactitud con que responden a las exigencias del desarrollo de la vida material de la sociedad. 

 Las nuevas ideas y teorías sociales sólo surgen después que el desarrollo de la vida material de la sociedad plantea a ésta nuevas tareas.”

Sobre el Materialismo histórico y el Materialismo Dialéctico. J.Stalin.

Este fragmento nos viene muy bien para introducir el tema: Unas ideas pueden ser muy revolucionarias en un momento concreto, durante una época histórica y convertirse después en ideas que sustentan a la reacción. Como ejemplo más característico podríamos nombrar las ideas liberales de la burguesía, que durante el paso del feudalismo al capitalismo fueron revolucionarias, y que posteriormente, cuando se implantó el modo de producción capitalista, se convirtieron en la piedra angular de la reacción. Esto sucede cuando las ideas que auparon al poder a la burguesía dejan de representar a la mayoría de sectores de la población, es decir, cuando dejan de ser revolucionarias, entendiendo por este término el carácter “transformador” de las mismas.

Muchos de los promotores del socialismo del siglo XXI y otros “pensadores” de otras tendencias dicen que el Marxismo-Leninismo cumplió su fase histórica, y que igual que el liberalismo cumplió su papel y ya no tiene sentido, se ha convertido en algo atrasado y arcáico. No hace falta mucha imaginación para entender que estas posiciones anti marxistas sólo ayudan al campo de la reacción y de la burguesía pues el papel revolucionario y transformador del Marxismo Leninismo es cada vez más aceptado y comprendido por los sectores aventajados del movimiento obrero.

A lo que nosotros les contestamos de forma firme y enérgica: el marxismo-leninismo surge como ideología del Partido de vanguardia de la clase obrera, una teoría que sirve a los intereses de las fuerzas de vanguardia de la sociedad, adaptada a las exigencias del desarrollo de la vida material de la sociedad. Por esto el marxismo-leninismo sigue vigente, porque sigue sirviendo hoy en día a esa vanguardia de la sociedad, sigue respondiendo a las exigencias de las que hablábamos antes del desarrollo de la sociedad.

Además algunos de estos grandes utopistas se presentan como grandes pensadores que han incluso evolucionado o adaptado el marxismo a los tiempos de hoy, cuando en realidad es una bonita caricatura del marxismo la que realizan, ¿Cuáles son esos tiempos de hoy?, quizás nos equivoquemos, pero ¿acaso no vivimos en una época de concentración de capitales en cada vez menos manos?, ¿no vivimos un nuevo reparto del mundo por parte de los países imperialistas?, y decimos “nuevo” porque el mundo ya estaba repartido, y para hacerlo ahora tienen que hacer guerras de rapiña para robarse recursos y expoliarse unos a otros, ¿no hay conflictos entre los bloques imperialistas, entre las propias potencias imperialistas?, si es la descripción exacta del momento en que vivimos, es lo que afirmó Lenin sobre la fase (la última) del capitalismo en la que nos encontramos, el imperialismo, por lo tanto nos encontramos con la misma fase histórica, con las mismas circunstancias que dieron las  condiciones para que surgiera la teoría Marxista-Leninista. Algunos dirán que las cosas han cambiado debido a la globalización, le están poniendo otro nombre e intentando prostituir los contenidos, lo que ellos llaman globalización no es más que el proceso natural de agudización del imperialismo. Pero no partir de los hechos materiales concretos después de estudiarlos y conocerlos, como hacen estos pensadores utopistas, es partir de la base de que la fuerza transformadora en la sociedad son las ideas, y cuanto más innovadoras, frescas y transgresoras sean, mejor y más se venderán. En su enorme tergiversación y demagogia, los utopistas, llegados a este punto en el que son desenmascarados como los charlatanes que en realidad son, usarán los manidos y típicos tópicos de que, en verdad, somos unos rígidos y ortodoxos dogmáticos.

Por lo tanto, si nos encontramos en la misma fase histórica, y el marxismo-leninismo sigue dando las respuestas a las circunstancias que se nos presentan, ¿Cómo se llama lo que hacen estos señores autoproclamados nuevos ideólogos? Se llama, y se ha llamado así desde hace décadas, REVISIONISMO. Son los mismos revisionistas de hace 100 años, defienden las mismas tesis aunque intenten poner caras nuevas a sus viejas ideas, y siguen cumpliendo su función de zapa al movimiento comunista. Más bien cabría hablar, muy al contrario de la tesis que las tilda de “nuevas ideas”, de “nuevas tácticas de la burguesía” para llevar a cabo esa labor de zapa al movimiento revolucionario y consciente.

 “El fracaso de los utopistas, incluyendo entre ellos los populistas, los anarquistas y los socialrevolucionarios, se explica, entre otras razones, porque no reconocían la importancia primordial de las condiciones de vida material de la sociedad en cuanto al desarrollo de ésta, y, cayendo en el idealismo, erigían su actuación práctica, no sobre las exigencias del desarrollo de la vida material de la sociedad, sino, independientemente de ellas y en contra de ellas, sobre "planes ideales" y "proyectos universales", desligados de la vida real de la sociedad. 

La fuerza y la vitalidad del marxismo-leninismo estriban precisamente en que toma como base para su actuación práctica las exigencias del desarrollo de la vida material de la sociedad, sin desligarse jamás de la vida real de ésta.”
 
Sobre el Materialismo histórico y el Materialismo Dialéctico. J.Stalin.

Cuando estos “grandes y magnánimos” ideólogos hablan del mundo globalizado, de que el Partido, y por supuesto “la vieja idea” de Partido único, ya no tiene sentido, de un “nuevo” socialismo más democrático inspirado en Bolívar, que lo importante es el movimiento, que la clase obrera ya no existe, y te hablan del precariado, de la masa y del imperio, están basándose para teorizar sobre todas estas cosas, como decía Stalin, en planes ideales, en lo que debería ser para ellos, sin tener en cuenta las circunstancias materiales, el momento histórico en el que están viviendo. Creen en proyectos universales, como el socialismo del siglo XXI que inundará el mundo, cuando ha sustituido la ideología por consignas populistas y la concepción materialista por la concepción idealista más burda. Estos charlatanes lo único que consiguen es caricaturizar la verdadera esencia del Marxismo Leninismo, del socialismo científico, al despojar sus teorías de todo análisis de la situación concreta. 

“El alma del marxismo es el análisis concreto de la situación concreta”

Lenin

No aportan nada nuevo, es más, intentan exportar ideas que han fracasado históricamente, pero ya no en la práctica, sino en la teoría, ya que fueron superadas a finales del siglo XIX. No dan respuestas a los problemas de la fase histórica actual, por lo tanto son ideas anticuadas, disfrazadas de algo nuevo, pero inservibles para transformar absolutamente nada. Como decíamos antes, es por esto que solo sirven para frenar el desarrollo de la sociedad, como una herramienta de la reacción para mantenerse en el poder y debilitar y dividir el movimiento revolucionario. Lo que convierte a una clase en revolucionaria es que mientras dure su etapa histórica, sus intereses como clase tienen y deben coincidir con aquellos intereses generales de la sociedad, cosa que estos señores, con sus ideas, no realizan. 

Como muy bien decía Stalin, la fuerza, vitalidad y, nosotros añadimos, actualidad del marxismo-leninismo está en su carácter científico, en  que toma como base para su actuación práctica las exigencias del desarrollo de la vida material de la sociedad, sin desligarse jamás de la vida real de ésta y no en intereses propios y ajenos a la clase revolucionaria en esta época histórica, la única que porta en sus entrañas un mundo nuevo: el proletariado.

Juan Mesana García.
Enrique Machado Heras.

RECONSTRUCCIÓN COMUNISTA
DICIEMBRE 2012