El Once de Septiembre, Cataluña
conmemora la caída de Barcelona y la abolición de sus instituciones propias en
manos del Borbón Felipe V. Como Cataluña, el resto de reinos de Aragón también
quedaban asimilados por el centralismo borbónico. Una opresión consecuencia de unas guerras entre monarcas
que, a día de hoy, todavía sufren estos territorios.
Pero este Once de Septiembre es
una Diada particular. Un 11 de Septiembre donde el independentismo es más
fuerte que nunca. La crisis económica ha provocado que la estabilidad política
y social del régimen se vea afectada de manera profunda, debilitando también la
correlación de fuerzas existente entre facciones de la clase dominante y los
pactos internos en materia nacional que garantizaban la cohesión política. El
partido gobernante (CiU), partido de la burguesía catalana, heredero del
regionalismo conservador, radicalizó su discurso en esta crisis y llevó una
nueva propuesta económica a Madrid, un nuevo pacto fiscal en el que Cataluña
adquiriera mayor autonomía económica. Para ejercer una mayor presión, CiU
desafió al Estado español prometiendo pacto fiscal o referéndum de
autodeterminación. Y es que parte de la burguesía catalana se ha dado cuenta de
que, en un contexto de Unión Europea, no necesita al Estado español para
gestionar bien sus asuntos económicos; bien al contrario, España les está
suponiendo una carga. El Estado español, a diferencia de otros estados
europeos, se niega a rehacer ningún pacto con los nacionalistas
"periféricos" y, junto al poco
respeto que muestra por las decisiones del pueblo catalán en materia política,
cultural y educativa , una gran masa de catalanes ha seguido la llamada de CiU
y, ahora también, de sus socios de ERC, en defensa de la soberanía catalana.
"La burguesía de la nación
oprimida, que se ve acosada por todas partes, se pone, naturalmente, en
movimiento. Apela a "los de abajo de su país" y comienza a clamar
sobre la "patria", haciendo pasar su propia causa por la causa de
todo el pueblo. Recluta para sí un ejército entre sus "compatriotas"
en interés [ ... ] de la "patria". "Los de abajo" no
siempre permanecen sordos a sus llamadas, y se agrupan alrededor de su bandera:
la represión de arriba les afecta también a ellos, provocando su descontento.
Así comienza el movimiento nacional."
Marxismo y cuestión nacional, Josif Stalin .
CiU, sin embargo, tan pactista y
vacilante como la burguesía que representa, todavía no ha explicado cómo será
concretamente esta secesión, más allá de eufemismos y de apelar a la Unión
Europea. Primero era pacto fiscal o referéndum, después eran elecciones
plebiscitarias y referéndum, ahora dicen que pactarán un referéndum con el
gobierno español o que volverán a convocar elecciones plebiscitarias... La
burguesía catalana quiere un referéndum parecido al de Escocia, con su puesto
asegurado dentro de la Unión Europea y sin más trascendencia económica y
política que un cambio de fronteras internas en el mapa.
Por su parte, la Izquierda Independentista,
como heredera del MCAN, juega su papel en este proceso. Este actor político
representa una especie de ala izquierda y antieuropeísta del movimiento
nacionalista, pero a pesar de sus intentos de marcar distancias con CiU y ERC,
no les queda otra opción que hacer seguidismo del proceso actual, proceso donde
los discursos que más circulan no son, precisamente, los suyos. En realidad, no
saben muy bien qué defienden y se encuentran perdidos en el mar de
contradicciones que les genera conjugar sus posiciones
"izquierdistas" dentro del nacionalismo y tener que defender un
estado (catalán, eso sí) integrado en la UE. En la práctica resuelven estas
contradicciones con una consigna tan sencilla como reformista: "Primero la
independencia (por cambiarlo todo, pero sin concretarlo), y luego el
“socialismo". Y es por eso que acaban haciendo seguidismo del proceso,
aunque sea de manera pretendidamente crítica. Para el proletariado
revolucionario no existe esta separación metafísica entre el Estado y las clases
sociales. El Estado no es una estructura independiente que puede ser reformada
al gusto de los electores: es una herramienta de opresión de la clase
dominante. Si triunfa la independencia catalana, el proletariado seguirá tan
lejos del poder como ahora, quizá más si sigue siendo invisibilizado por la
masa nacionalista. Por lo tanto, este proceso no supone avance alguno para la
clase obrera.
Reconstrucción Comunista no apoya
este proceso independentista. Es un proceso que no rompe el marco monopolista
europeo, que simplemente despacha diferencias internas entre facciones de la
burguesía, y cualquiera de sus resoluciones será dentro de este marco. Nosotros
ya tenemos nuestra bandera, la del proletariado, y no necesitamos hacer de
adeptos de otra. Cataluña tiene un recorrido muy denso en luchas sociales; sin
embargo, esta vez hemos visto cómo este proceso ha ejercido de tapón y ha
desviado las atenciones del capitalismo hacia la cuestión nacional, de
contenidos susceptibles de ser utilizados para cuestionar el poder de la
burguesía hacia contenidos donde la burguesía y su sociedad no se cuestionan lo
más mínimo.
Por otra parte, somos conscientes
de que hacerle el juego al imperialismo español también sería un grave error.
He aquí la diferencia principal en materia nacional entre reformistas y
revolucionarios. Rechazamos la propuesta de los revisionistas, esto es,
mantener el régimen estatal tal cual
esta, oprimiendo a los pueblos del estado. El proyecto de federación entre
pueblos debe construirse desde la igualdad de condiciones entre los pueblos y
desde la voluntad nacional expresada mediante el derecho de autodeterminación,
condiciones que subyacen a la apuesta por la construcción del socialismo. La
única solución posible en la cuestión nacional, es bajo el socialismo y el
respeto del derecho a la libre determinación de los pueblos, así como a su
libre asociación sin imposiciones. Reformar el Estado actual sin aplicar
consecuentemente el derecho de autodeterminación es una trampa que legitima las
actuales estructuras estatales, y esto no sería unidad entre pueblos, sino
opresión entre pueblos.
Por último, entendemos que los
derechos nacionales son derechos democráticos básicos para que el proletariado
construya el socialismo en armonía. Por ello, nosotros trabajamos para
incorporar la cuestión de la liberación nacional a la lucha única por la
revolución socialista. Y, aprovechando la existencia histórica de elementos
antiimperialistas a los movimientos de liberación nacional de España,
trabajamos para potenciar el movimiento revolucionario que queremos crear en el
Estado luchando, también, por los derechos nacionales. Los comunistas arrimamos
a las naciones oprimidas a su libertad, y de la misma manera las naciones
oprimidas pueden arrimar a los comunistas al poder .
"El leninismo [ ... ]
reconoce que en el seno del movimiento de liberación nacional de los países
oprimidos hay fuerzas revolucionarias y que es posible utilizar estas fuerzas
para el derrocamiento del enemigo común, para el derribo del imperialismo. La mecánica
del desarrollo del imperialismo, la guerra imperialista y la revolución en
Rusia confirman plenamente las conclusiones del leninismo a ello. De ahí la
necesidad de que el proletariado de las naciones "imperiales" apoye
decidida y enérgicamente el movimiento de liberación nacional de los pueblos
oprimidos y dependientes.
Esto no significa, por supuesto,
que el proletariado deba apoyar todo movimiento nacional, siempre y en todas
partes, en todos y en cada uno de los casos concretos. De lo que se trata es de
dar apoyo a los movimientos nacionales encaminados a debilitar el imperialismo,
a derrocarlo, y no a reforzarlo y mantenerlo."
Fundamentos del Leninismo , Josif Stalin.
Sobre esta línea, bien explicada
por el Camarada Stalin, tratamos la cuestión nacional. Y siendo coherentes con
ello, Reconstrucción Comunista apuesta firmemente por la consolidación de las
actuales células de los Països Catalans y por la extensión por otras zonas de
dicho territorio.
Reconstrucción Comunista
Septiembre 2013